Suelos: preservar hoy para tener mañana
Yusmary Romero Cruz/ http://artemisadiario.cu
Decía Aristóteles, “La naturaleza no hace nada incompleto ni nada en vano”, y tenía razón, al menos así lo considero. Cada recurso disponible es una fuente de vida, una oportunidad que, desperdiciarla, sería atentar contra nuestro presente y, sobre todo, en detrimento de los años por venir.
Entre estos valiosos recursos naturales sobresale el suelo, cuya preservación es esencial para la seguridad alimentaria. En tiempos marcados por la necesidad de sacar a la tierra el máximo provecho, cuando no se rinde lo necesario y cada vez es más creciente la demanda, hacer de cada espacio un posible potencial es prioritario. Y en Artemisa, para dicha nuestra –aun cuando los resultados disten sobremanera de lo esperado-, hay capacidades a desarrollar; resta, aunar voluntades.
Tiempo y esfuerzos dedicó el científico estadounidense Hugh Hammond Bennett en función de demostrar que el cuidado del suelo influye directamente en su capacidad productiva, por lo que, en su honor, desde inicios de la década del ´60 cada 7 de julio se celebra el Día Internacional de la Conservación del Suelo.
Precisamente, en nuestro país, el Programa Nacional de Conservación y Mejoramiento de Suelos, puesto en marcha desde el 2001, está llamado a jugar un papel determinante en el propósito de detener la degradación de estos y crear las condiciones que permitan su rehabilitación paulatina.
Pero, ¿cuál es la esencia de la problemática presentada? Según Bárbara González Miranda, jefa del departamento de Suelos y Fertilizantes de la Delegación Provincial de la Agricultura, la degradación de este recurso en Cuba, se debe principalmente, al inadecuado manejo y explotación, así como a las condiciones climáticas, topográficas y edafológicas existentes; lo que se agrava por la baja percepción de su importancia como recurso natural finito y genera la disminución de su capacidad productiva.
Especifica que sólo el 37 por ciento de los suelos de nuestra provincia son considerados productivos y el 63 restante, poco productivos; de ahí que se hace necesario la implementación de dicho programa a fin de mitigar la pérdida de la agroproductividad, para lo cual se dispone de financiamiento del presupuesto del estado.
En el transcurso del año, para Artemisa -donde existen distintos tipos de suelos, con predominio de ferralítico rojo- se han destinado más de 10 millones 761 mil pesos encaminados a potenciar acciones de conservación, de un plan anual que supera los ocho millones; incluso, la cifra puede continuar creciendo, teniéndose en cuenta inejecuciones de otros territorios.
Esto ha permitido beneficiar en el primer semestre una superficie agrícola de 11 500 hectáreas. La mayoría de los municipios artemiseños han accionado al respecto, a excepción de Mariel y Guanajay. En ese sentido, vale la pena preguntarse, si no son estas localidades, justamente, de las que más necesitan acciones de este tipo.
En general, entre las prioridades contempladas destacan la creación y desarrollo de centros de producción de abonos orgánicos, así como de áreas destinadas a cultivos que generan exportaciones o sustituyen importaciones, polos productivos o programas aprobados para el desarrollo municipal, y áreas reconocidas por las autoridades competentes como Polígonos de Conservación y Mejoramiento de Suelos, Agua y Bosques. Resulta válido aclarar que las acciones de conservación incluyen medidas permanentes, temporales, de acondicionamiento y de drenaje.
Es innegable la importancia del manejo integral del suelo como un recurso natural no renovable, así como la implementación de buenas prácticas. Preservarlo hoy, es una garantía para el mañana.
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