Si usted tiene mascotas, debe saber. (II PARTE)
Por: Dra. María Gloria Vidal Rivalta del Centro Nacional de Sanidad Animal (Cenasa)
En las últimas tres presentaciones de la Sección Veterinaria en la Revista Hola Habana del Canal Habana, estuvo presente la Dra. María Victoria Testa Valle, Directora de la Clínica José Luis Callejas, conocida por la población como la Clínica de Carlos III.
Estado de salud y el bienestar animal
La salud de un animal se define como el estado en el que el organismo ejerce normalmente todas sus funciones naturales.
En materia de salud, cuando nos referimos al bienestar fisiológico de un animal, no estamos expresando solamente la posible presencia o ausencia de enfermedades infecciosas, sino que comprende también a las enfermedades no infecciosas (crónicas) u otras desviaciones de la salud relacionadas con diferentes factores o situaciones. Entre estas podemos señalar el hacinamiento, el estrés, el cansancio, la desnutrición, la disponibilidad de agua, la limpieza, la atención y cuidado, el abrigo y cualquier otro factor que desfavorezca o actúe sobre el bienestar fisiológico.
Un animal que goza de buena salud se muestra contento, alerta y produce / se reproduce eficientemente. Es un animal que crece, tendrá un pelaje suave, brilloso, su mirada será vivaz, sus mucosas y conjuntivas estarán húmedas, se desplazará con facilidad y permanecerá armónicamente junto a sus congéneres.
Hay que tener presente que para que un animal goce de salud y bienestar debe disfrutar de las Cinco Libertades o Necesidades básicas:
- libre de hambre y sed
- libre de incomodidad
- libre de heridas y enfermedades,
- libre de miedo y angustia (estrés) y
- que exprese un comportamiento normal, de acuerdo a su especie.
La Dra. María Victoria, Directora de la clínica explicaba que cuando un animal llega a la consulta y el médico veterinario lo observa y puede determinar en su primera impresión diagnóstica, si el animal goza de bienestar o no, solo por su estado físico.
Cualquier desviación, se evidencia en su aspecto y comportamiento, puede mostrar apatía, el pelo hirsuto, la cabeza gacha, los ojos hundidos, las orejas inclinadas hacia atrás, el lomo arqueado, mostrar movimientos lentos y torpes y su propietario describir su separación del grupo, todo lo cual indica que la salud está quebrantada.
También existen enfermedades subclínicas (sin manifestaciones externas) o que se presentan por ejemplo, con bajos niveles de infestación parasitaria que provocan baja ganancia en peso.
En otros casos los animales padecen enfermedades infecciosas, presentan signos y síntomas, pero los propietarios no los llevan de inmediato a la clínica y eso va afectando la salud del animal.
En algunas ocasiones les aplican tratamientos no adecuados, recomendados por personas que no son médicos veterinarios y cuando llegan a la clínica el animal está mucho peor, lo que provoca, que se diagnostique y se aplique un tratamiento adecuado, a los que los animales no responden porque en muchos casos, ya es demasiado tarde.
Es por eso, es que ambas insistimos en la necesidad de ante cualquier problema de salud o duda en cómo proceder con las mascotas, busquen siempre atención veterinaria especializada.
Los responsables de los animales, deben tener en cuenta que en la actualidad, lamentablemente se practica el intrusismo profesional, de modo que en ocasiones personas inescrupulosas atienden, recomiendan y administran tratamientos y hasta intervienen quirúrgicamente a los animales, sin ser veterinarios.
Por eso, se recomendó acudir solo a clínicas y consultorios estatales o a los veterinarios que trabajan por cuenta propia, pero que están oficialmente reconocidos para el ejercicio de la profesión.
Dra. María Gloria Vidal Rivalta MSc
Experta en Política
CENASA
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