Encontrar en camino del cómo con unidad
Han transcurrido pocos días de los aniversarios 508 de la fundación de la Villa de Santiago de Cuba y el 70 del asalto al Cuartel Moncada, conmemoraciones trascendentales en la vida de los santiagueros. El primero por abrir el establecimiento de una población que poco a poco fue tejiendo su camino hacia la conformación de la nacionalidad, al tiempo de ir marcando, de generación en generación, la historia épica, que nos distingue; y lo segundo, porque fue el detonante para la definitiva conquista de la soberanía de los cubanos.
Ambas celebraciones llegaron en momentos de circunstancias económicas complejas que afectan a todo el país. Las razones esenciales se conocen, sobre todo las referidas al genocida bloqueo imperial, recrudecido en medio de la pandemia de la Covid 19, argumento real, cual espada de Damocles, que no hemos logrado socavar.
Más de 200 medidas han sido implementadas por la gobernación norteamericana para doblegar al pueblo cubano por hambre, al tiempo de crear serias afectaciones en el campo de la Salud, la Educación, la Cultura, la Industria y en todos los logros conquistados por la Revolución. Es un hecho objetivo que todos los países conocen. ¿ Qué estamos haciendo?
La dirección del país ha puesto todo su empeño en tratar de contrarrestar los problemas que frenan la economía y, por consiguiente, las necesidades de la población. Al mismo tiempo, incentiva y aplica estrategias imprescindibles para elevar las producciones agrícolas y desarrollar los diversos programas esenciales que permitan ir paliando los problemas.
A la par se ha fortalecido el sistema jurídico con la aprobación de nuevas legislaciones, las que a su vez, contribuirán a un mayor orden de la sociedad, y se adoptan un sinnúmero de medidas con la finalidad de aliviar los efectos altamente nocivos de la crisis económica, que, cuan virus feroz, se extiende hasta una guerra mediática para confundir, dañar los sentimientos y los valores de la gente.
El país mueve sus empeños en todas las direcciones y son millones de hombres y mujeres que entregan cada día lo mejor de si para neutralizar las dificultades, pero sucede que muchas veces, a pesar de las buenas intenciones, no se transita por el camino correcto del cómo y nos perdemos en “un campo de lechuga”. Existen decisiones y procedimientos que dan al traste con los fines y es, justamente, uno de los caldos de cultivo, que utiliza el enemigo para lacerar la confianza y la credibilidad en la Revolución.
Toca a los directivos de las diferentes entidades, organismos del Estado, y todos los que de un modo u otro tenemos el desafío de resolver las dificultades, proceder con una visión de análisis para medir los beneficios y validar los resultados teniendo en cuenta la situación actual en que batalla el país, para salir adelante.
Se imponen estrategias que involucren a los garantes, dígase, por ejemplo, productor, distribuidor y encargado de la venta con una unidad de acción, de modo que lleguen con agilidad los productos de mayor urgencia a la población; unidad, no como consigna, sino como una práctica imprescindible, donde la comunicación sea un importante soporte para lograr los objetivos.
La indolencia, el pesimismo, la falta de fe y la desconfianza son predisposiciones que amenazan a corroer el sentido de pertenencia, el optimismo, el espíritu maceista, y la dignidad que aprendiéramos de Fidel.
Nos colma el orgullo de ser cubano y santiaguero cuando se reconoce nuestra portentosa historia de rebeldía y humanismo, por juntarnos ante grandes avatares y enfrentarlos con vasto coraje, por el patriotismo demostrado en los momentos más difíciles y por los valores aprehendidos de la mano de Fidel.
Mas ahora tenemos un reto que recaba de “pantalones”, un reto a la inteligencia, a la audacia para detectar los signos de corrupción y los errores de procedimiento; el desgano laboral, la indisciplina, la indiferencia y el desorden. Y es algo que nos involucra a todos: a los directivos en los diferentes niveles y a cada hombre y mujer, quienes, a diario, hacen historia. La clara visión de los problemas y el cómo enfrentarlos con unidad, garantizarán el éxito.
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