Crecer en la ganadería no es imposible

La tecnología y la capacitación que han llegado al campo camagüeyano se revierten en mayores producciones

Por: Jorge Enrique Jerez Belisario | internet@granma.cu

El crecimiento ganadero de la finca Santa Fe tiene base en la utilización de las plantas proteicas, a partir de la experiencia que tuvo Onoiver Toledo de conversar sobre el tema con el Comandante en Jefe. Foto: Jorge Enrique Jerez Belisario
El crecimiento ganadero de la finca Santa Fe tiene base en la utilización de las plantas proteicas, a partir de la experiencia que tuvo Onoiver Toledo de conversar sobre el tema con el Comandante en Jefe. Foto: Jorge Enrique Jerez Belisario

Camagüey.–Con 213 socios en 108 fincas, la cooperativa de créditos y servicios (CCS)  Dionisio Riandes Cervantes, del municipio de Jimaguayú, tiene la responsabilidad de producir leche, carne y cultivos varios en 2 630 hectáreas.

Un grupo de productores asume también el empeño del autoabastecimiento de cultivos varios de la comunidad Rescate de Sanguily, y trabaja en la aplicación de la Ley de Soberanía Alimentaria; otros entregan directamente a la Empresa Acopio.

Todos trabajan a brazo partido por alcanzar los planes de 630 000 litros de leche, que hasta ahora se cumplen al 102 %, y de 68 toneladas de carne pactadas con la Empresa Cárnica, que se sobrecumple al 142 %.

Pero antes la historia no era así. Hace unos años solamente se producían 300 000 litros de leche.

CRECEN LOS INDICADORES

La Dionisio Riandes ahora supera el millón de litros de leche en un año, en buena medida porque crecieron en más de 1 500 cabezas de ganado vacuno, y a cinco años de la llegada de Prodegan, se cumplen todos los indicadores de eficiencia que exige el proyecto financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola y por la Agencia Francesa de De­sarrollo.

Esto ha posibilitado un despegue económico-productivo que representa mayores ingresos para los campesinos.

 Además, aumentaron las casas de vaquerías y se gestionó mayor  capacitación a los productores, en vínculo estrecho con la Universidad de Camagüey. Desde hace un lustro trabajan en el cambio de la genética, lo que eleva la calidad de los animales.

«También disminuimos las muertes y hemos sembrado cuatro caballerías de alimento animal entre 36 productores. Se buldocearon y se encuentran listas para sembrar otras 14 caballerías. Respetamos al pie de la letra nuestro programa de desarrollo de diez años, del que ya estamos en la mitad», comentó, a Granma, Onoiver Toledo Consuegra, presidente de esta CCS.

Han diversificado sus producciones que antes eran netamente lecheras. Ahora le sacan a la tierra cultivos varios, y tienen una minindustria en la que hacen dulces en conserva, de las mismas frutas que cosechan.

Conscientes de que el trabajo de la tierra lleva agua, han perforado más de 65 pozos y cuatro tranques, que aseguran, incluso en el periodo seco, la vitalidad de la cooperativa.

Sin embargo, respecto al pago a los productores, la respuesta no es tan halagüeña: «Eso anda mal, hay productores que llevan dos meses sin cobrar y, cuando cobran, lo hacen por tarjeta en una zona donde no hay bancos, lo que atrasa más que puedan tener el dinero en sus manos. Es una dificultad que esas tarjetas no puedan usarse en los cajeros», aseveró Toledo Consuegra.

Y eso –aseguró– provoca indisciplinas en la entrega, sobre todo cuando no son productores establecidos y no tienen ingresos suficientes que les permitan estar dos meses sin cobrar.

Sobre los insumos que necesitan, el Presidente de la Dionisio Riandes explicó que no están garantizados, sobre todo porque hay empresas dedicadas a la venta mayorista que establecen márgenes hasta del 30 %, lo que ha encarecido mucho el acceso a lo necesario para producir.

Esta CCS tiene un área de uso colectivo, con una caballería en la que se siembran cultivos varios, y otras 60 hectáreas para un centro de novillas que busca lograr el desarrollo de la hembra, y así calzar el reemplazo de las vaquerías de los productores.

«La estrategia es que la añoja viene a esa área, se desarrolla, se insemina y se le vuelve a vender al productor como novilla gestante. Con algunos estudios que estamos haciendo con la Universidad, queremos bajar el tiempo de incorporación de la hembra por debajo de los 36 meses.

«Aquí también aplicamos técnicas agroecológicas como la siembra de palos vivos de piñón, almácigo y la moringa, en toda la cerca perimetral y los cuartones. Esto tiene como ventajas que la cerca es más duradera, y que sirve a la vez como alimento animal. Aquí también el agua está asegurada con tres tanques y dos pozos a los que se les instalarán turbinas, como parte de la rehabilitación del área. Otro de los proyectos es montar un taller para reparar el parque de vehículos de la cooperativa, y poder brindar servicios a terceros», expuso Nicolás Gutiérrez Parrado, jefe de Cultivos Varios de la base productiva.

DESDE ADENTRO, LOS PRODUCTORES

La historia de Onoiver Toledo no queda solo en la presidencia de la cooperativa; su finca Santa Fe es de referencia para el proyecto, un ejemplo de lo que se puede alcanzar con colaboración y ciencia. Antes de Prodegan, solo llegaba a 4 000 litros en un año, y este año debe cerrar con 70 000.

«Yo tenía 13 hectáreas con 16 cabezas de ganado, y ahora tengo 76 hectáreas con más de 260 vacas. Aquí tengo acuartonamientos, cerca eléctrica, paneles solares, casas de vaquerías; o sea, que con este proyecto llegó la tecnología a mi finca, además de que inseminamos el 100 % de los animales y ando por un 72 % de natalidad. Antes no llevaba esos datos. Un plan de 13 000 litros, un eficiente manejo del ganado, el doble ordeño, y tener comida asegurada, me permitirán triplicar el plan».

En la finca La Juliana, dedicada también al ganado mayor, Julio César Chacón Fabat atiende una masa total de 42 animales. Su día comienza poco antes de las cuatro de la mañana, cuando junto al vaquero ordeñan las vacas. Sus resultados crecen por día, y aunque este lo hace más a lo tradicional, ya anda por más de 60 litros diarios. Sin embargo, los retos de Julio César no quedan allí, pidió más tierras para crecer y acercarse a la cifra de cien cabezas, lo que le permitirá aumentar sus niveles productivos.

Dania Dervilla Figueroa, propietaria de la finca El Guariao, contó a Granma que llegó a tener más de 70 chivas, y entregaba una lechera completa de la leche de ese animal. «Aunque  ahora he bajado un poco, todavía saco entre diez y 15 litros diarios.

«Aquí han venido del Hospital Pediátrico a buscar leche de chiva cuando han tenido niños con intolerancia a la leche de vaca. Yo he ordeñado la chiva en ese mismo momento, para que se la puedan llevar.

«También tenemos viandas, cerdos y gallinas para autoabastecernos. La tarea es dura, porque somos mi esposo y yo con todo lo de la finca que, además, tiene la peculiaridad de que se han filmado en ella varias series como la aventura Hermanos, y algunas escenas de la película El Mayor».

Con un promedio de 40 vacas en ordeño, entregan más de 150 litros de leche diarios, y con eso van cumpliendo el plan de 43 000 litros, explicó Luis Socarrás Jiménez. Lo atribuyen, en buena medida, al manejo de la masa y a la utilización de las plantas proteicas en la dieta del ganado.

«No produzco más porque, aunque la finca está limpia de marabú, no hay líquido contra la manigua blanca. Por mucha chapeadora que des, no la mata de raíz, y la hierba mala no da leche», afirmó.

Por su parte, Midiala Moya Díaz, presidenta de la organización de base de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños en la CCS Dionisio Riandes, insistió en la importancia que tiene la labor social que realizan en la comunidad Rescate de Sanguily. Allí dan respuesta a problemáticas que afectan a los pobladores, como la falta de agua. La cooperativa se hizo cargo de la turbina nueva.

«También donamos productos que pueden mejorar la alimentación de los abuelitos en el Sistema de Atención a la Familia, le colocamos la cerca perimetral al círculo infantil; durante la vacunación apoyamos en los traslados de las personas, y esas cosas son tan importantes como los resultados productivos. Organizamos exposiciones de mujeres creadoras y trabajamos con los jóvenes para asegurar la continuidad».

El campo lleva empeño y ellos lo saben; pero también lleva tecnología y recursos que a la Dionisio llegaron con Prodegan. Saberes y ciencia,  constancia y creatividad han sido la combinación perfecta para que la Dionisio Riandes, de Jimaguayú, alcance números nunca vistos en su historia, cifras que significan mayor producción de alimentos para la comunidad y un poco más allá.

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Por: Jorge Enrique Jerez Belisario | internet@granma.cu29/09/2023

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