Variación de las normas de riego debido al cambio climático.

 Por: Arcadio Ríos, del Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola (IAgric).

24 de junio 2024

Se entiende como “norma de riego” la cantidad de agua que requiere un cultivo para los diferentes períodos de su desarrollo. Los estudios realizados han permitido determinar estas normas para las condiciones climáticas y productivas de Cuba, y están recogidas en la Resolución 17/2020 del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, que es de obligatorio cumplimiento para todas las unidades productivas agrícolas.

Sin embargo, el cambio climático que se desarrolla en todo el mundo hace que varíen rápidamente los diferentes parámetros estimados de precipitaciones y temperaturas y con ello las etapas de crecimiento de los cultivos, y, lo más importante, sus necesidades hídricas. El Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola, en coordinación con los institutos de Recursos Hidráulicos y Meteorología y otras instituciones, ha venido desarrollando investigaciones con el objetivo de predecir a futuro los requerimientos hídricos de los diferentes cultivos.

Variaciones en la zona oriental

Uno de estos trabajos se desarrolló para evaluar las necesidades de agua en el futuro para la producción de sorgo (Sorghum bicolor L. Moench). Se tomó como base la región oriental del país debido a que es una zona en que más se siembra este grano. Se utilizó el programa denominado Cropwat 8.0 para estudiar la posible variabilidad climática para un período de 31 años (2020-2050).

Para el estudio se tomaron los datos climáticos del modelo Precis para evaluar el manejo del agua en función de las diferentes regiones climáticas, utilizando el escenario climático recomendado en los trabajos realizados por el Instituto de Meteorología de Cuba y se compararon las normas de riego estimadas con las presentadas en la citada Resolución del INRH.

Los resultados obtenidos muestran que en esta zona la evapotranspiración de referencia hasta el 2050 estará por encima de la actual entre un 67 % y un 81%, lo que indica la necesidad del incremento del agua necesaria para el riego. Las normas netas totales estimadas de riego para el sorgo según la variabilidad climática prevista en los próximos años en el escenario estudiado demuestran que habrá un incremento de estas normas entre 211 mm y 310,8 mm, lo que equivale entre 2 110 m3·ha-1 y 3 108 m3·ha-1 con respecto a las normas actuales.

Una de las posibles medidas es la utilización de normas reducidas, o sea, entregar menos agua que la que establecen las normas, en un grado en que la afectación a los rendimientos no sea muy alta, lo cual también fue considerado en el estudio.

Las mayores diferencias entre la norma neta total y la reducida se obtuvo para Gibara, provincia de Holguín, que varía en 29,6 mm. La reducción de la norma neta en la fase final del cultivo, (maduración y cosecha), permite ahorros de agua con afectaciones a los rendimientos que no superan el 3%.

Comportamiento en el occidente

Variación a futuro de la evapotranspiración en el sorgo en la zona occidental.
Variación a futuro de la evapotranspiración en el sorgo en la zona occidental.

Un estudio similar se realizó para la zona occidental del país, que arrojó también un significativo incremento de la evapotranspiración de referencia (ETo) para el sorgo en el período estudiado.

Se apreció que las normas netas tendrán valores por encima de las que hoy se utilizan en esta región para ese cultivo (2 300 m3·ha-1), pues los resultados indicaron norma media prevista de 5 076 m3·ha-1 a 5 417 m3·ha-1 para diferentes escenarios, con incrementos de 120 % y 135 %, respectivamente.



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