Una mirada a las sequías meteorológica y agrícola
Por: Enrique Atiénzar Rivero/ Adelante
CAMAGÜEY.- Ahora que las sequías meteorológica y agrícola se encuentran en pleno apogeo es importante abordar el comportamiento de ambas y su impacto en la provincia, de modo que la población tenga clara conciencia de este fenómeno.
Ayamir Agramonte Almanza, jefa del departamento de meteorología aplicada y Zoltan Rivero Jaspe, especialista de clima de esa propia área, son los encargados de poner sobre la mesa el panorama que se vive aquí hoy en esos campos.
Rivero expuso que «nos encontramos en una sequía intensa a corto, mediano y largo plazo y aunque no ha terminado febrero, la humedad de los suelos se encuentra por debajo del 10% en el 68% de la provincia en su casi totalidad.
Ello equivale tener por delante dos meses cuyas condiciones atmosféricas son las más deshidratantes del año: marzo y abril, debido a la confluencia de baja humedad relativa, alta velocidad media del viento, y elevada radiación solar.
«Aunque muestran mayores valores medios de precipitación media que enero y febrero, aún son miembros del período poco lluvioso y por su alta variabilidad inter-anual pueden presentarse igualmente secos», añade el especialista.
«Desde la conclusión de noviembre de 2022, la media móvil del escurrimiento de los últimos veinticuatro meses alcanzó los niveles más bajos, situación muy similar a la de mediados de 2015 y mediados de 2017, reflejando la influencia meteorológica sobre reservorios acuíferos grandes o de uso moderado (presas de recarga multianual, etc.).
En la actualidad se presentan lluvias por debajo de lo normal desde por lo menos el trimestre agosto-octubre de 2022, es decir, la segunda mitad del período lluvioso, fundamental para la recarga de los reservorios y las condiciones agrícolas de secano, al igual que las de los pastos y ecosistemas terrestres naturales, durante el período poco lluvioso. Esta particularidad hace más severa aún la situación, porque los meses de este período se han presentado aún más secos de lo normal.
«Por tercera ocasión consecutiva se presentó un evento La Niña, circunstancia que se ha dado en llamar La Niña Triple. Esto significa que apareció esta clasificación tres veces a lo largo de tres años sin mediar El Niño por medio.
«No obstante, a pesar de la reconocida influencia que tiene este evento en el clima mundial, no nos ha sido posible atribuir la actual sequía a este hecho, al que pudieran aportar igualmente las temperaturas de los mares en los alrededores de Cuba y el propio cambio climático, además de otros elementos de la variabilidad interanual independientes de ellos»
Ayamir Agramonte Almanza expone en sus declaraciones un análisis de la sequía agrícola desde noviembre 2021 hasta febrero de 2023 y subraya, «como es normal en el mes de noviembre (comienzo del período poco lluvioso en Cuba) los totales de precipitaciones comienzan a disminuir y como consecuencia también ocurre los mismo en la humedad del suelo.
«En el 2021 los niveles de humedad se encontraban en rangos favorables para los cultivos de secano, no es hasta finales de diciembre donde se observan vestigios de estrés hídrico.
En enero del 2022 las reservas de humedad del suelo se encontraban en niveles bajos oscilando entre 33 y 15 %, en febrero y marzo oscilaron entre 21 y 46 % y en abril mes de transición al período lluvioso las precipitaciones ocurridas en los municipios de Jimaguayú y Guáimaro logran estabilizar la humedad del suelo por encima del 50 %.
«En mayo y junio comienzan a reinar los procesos de humedecimiento del suelo como es típico en estos mes del año (meses del período lluvioso o de recarga), en julio más del 67 % del territorio tenía cubiertas sus necesidades hídricas, solo Sierra de Cubitas y Nuevitas presentaba 40 y 27% respectivamente.
Es válido destacar que hasta este momento el municipio de Nuevitas no había recuperado la disponibilidad de agua en el suelo, por lo que prevalecían los procesos de sequía agrícola.
Desde septiembre hasta octubre se puede visualizar una situación más alentadora para la actividad agrícola y ganadera, sin embargo las lluvias del mes de noviembre representaron el 14. 2 % de la media histórica del mes, cosa esta muy por debajo a lo esperado. «Desde finales de noviembre hasta lo que ha transcurrido de febrero de 2023, la humedad del suelo se ha mantenido en niveles críticos, afectando seriamente las labores agropecuarias de la provincia», finaliza en sus valoraciones.
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