
Título: Labiofam Isla de la Juventud es declarada por el CITMA como primera entidad libre de uso de CFC y HCFC en el territorio pinero.
Por: Maick Henrry Conesa Moreno
Foto: Maick Henrry Conesa Moreno
El descubrimiento del llamado “agujero en la capa de Ozono” a mediados de los ´80 del siglo pasado, hizo que la comunidad científica realizara un llamado internacional para establecer el control, y la paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales que resultaran nocivos al medio ambiente. Estos esfuerzos se vieron concretados con la firma del Protocolo de Montreal (1987) del cual nuestro país es signatario desde el año 1992.
En tal sentido, Cuba se ha mantenido desarrollando una estrategia que potencia la eliminación gradual de hidrofluocarbonos (HFC), gases potentes que provocan el conocido “efecto invernadero”.
En días recientes, la Empresa Labiofam Isla de la Juventud recibió de manos de la MSc. Yordanka Betancourt Camilo, Subdelegada de Medio Ambiente en el territorio pinero, el reconocimiento que la acredita como la primera entidad libre de uso de gases HFC y CFC en el municipio especial. En el intercambio realizado con los trabajadores de la entidad también estuvieron presentes la MSc Aira Cruz Hernández y la Lic. Dayana Campos Morejón quienes ocupan los cargos de Coordinadora del Proyecto Internacional Ozono y Jefa del Dpto. de Política Ambiental respectivamente.
Aunque a nivel mundial aún existen sistemas antiguos funcionando, no se permite la fabricación de nuevos sistemas que utilicen refrigerantes HFC (los cuales sustituyeron a los CFC). En la Mayor de las Antillas se ha logrado la eliminación completa de los clorofluorocarbonos en la refrigeración doméstica y comercial, lo cual convirtió al país en la primera nación en vías de desarrollo en lograr el loable propósito. Igualmente, en la actualidad, los aerosoles industriales y farmacéuticos se fabrican libres de CFC, acción que demandó la reconversión con tecnología avanzada de las plantas encargadas de producirlos. Así, dichos gases fueron sustituidos por propelentes ecológicos no perjudiciales a la capa de ozono.