Si tuviera otra vida, vuelvo a ser ingeniero forestal
Sumario: Desde niño, Antonio Guzmán Torres descubrió su pasión por la naturaleza.
Por: Grupo Web del Minag
24 de junio 2025
Desde niño, Antonio Guzmán Torres, subdirector del Servicio Estatal Forestal del Ministerio de la Agricultura de Cuba (Minag), sintió inclinación por las cuestiones relacionadas con la naturaleza. Le gustaban las excursiones, el campismo y escalar montañas.
En Manzanillo, provincia de Granma, descubrió la belleza de los paisajes cubanos. “Estudié en la Escuela Vocacional José Martí, fue un tiempo hermoso, visité varias veces la Silla de Jibara (elevación cársica de más 400 metros de altura del Oriente cubano), escalábamos los mogotes y nos bañábamos en el río”.
Ese contacto con la naturaleza, la fauna y las plantas fue decisivo a la hora de decidir qué estudiar. “Por supuesto, escogí en primera opción Ingeniería Forestal; al leer en los perfiles la descripción de la carrera, todo estaba conectado con el estudio de la naturaleza. Era lo mío”.
En 1984 inició los estudios en la universidad pinareña. Por primera vez se alejaría tanto tiempo de la familia y tenía sus temores. “Había venido solo una vez a La Habana, y a Pinar del Río, nunca. Salí de Holguín, hice escala en la casa de mi hermana, en la capital, y al otro día marché hacia la universidad para hacer la matrícula”.
No se equivocó: escogió la carrera de su vida. Rápidamente se involucró en las jornadas científicas, exploró el territorio, conoció lugares muy interesantes, hasta que en 1989 se graduó con Título de Oro.
“Al graduarme, fui ubicado en el municipio granmense de Bartolomé Masó para hacer el servicio social. Estuve vinculado seis años a la actividad del café, en un campamento del Ejercito Juvenil del Trabajo, cuya tarea principal era el fomento de nuevas áreas de café”, recordó.
Luego de dirigir una granja cafetalera, en 1993 retorna al área forestal como especialista. “Ocupé la plaza en ordenación forestal, que dentro de este campo es la que más me gusta. La ordenación va dirigida a conocer cuántos recursos forestales dispones; es como un inventario y, a partir de ahí, se hacen proyecciones de su manejo y aprovechamiento”, aclaró.
Antonio ocupó varias responsabilidades. “En 1996 se crea el Servicio Estatal Forestal, y me dan la tarea de formarlo en Bartolomé Masó”, dice. Fue por poco tiempo, pues fue seleccionado como instructor del Partido en el referido municipio, labor en la cual permaneció cuatro años.
“Regresé al servicio forestal, luego fui delegado de la agricultura en el municipio, y se me dio la tarea del estudio hectárea por hectárea que fue orientado por la dirección del país”.
Entre cambios de estructuras de la actividad forestal y otras circunstancias de la vida, retorna a su municipio natal. “En 1977, al ser creada otra vez la Empresa Forestal Manzanillo, empecé a desempeñarme como especialista en silvicultura.
La oportunidad de trabajar en la capital cubana se presentó en el 2007. “Comencé en la empresa forestal Habana, donde atendía la ordenación forestal”, expresa.
En el 2014, a solicitud de la Dirección Forestal, forma parte de su equipo, en el ministerio de la Agricultura. “A nosotros nos satisface mucho ver cómo el país ha tenido una política clara con respecto al tema forestal, aun algunos sienten que en el sistema de la agricultura es la parte más marginada”, asevera.
Afirma que, desde el triunfo de la Revolución, el país contó con un programa de repoblación forestal. “Desde La historia me absolverá, Fidel da su visión futura sobre el tema; y el propio Ejército Rebelde asumió tareas importantes en ese sentido.
“A pesar de los vaivenes de la economía, la actividad forestal ha tenido siempre una protección, un seguimiento y apoyo por parte del gobierno. Tenemos muchos retos, pero no estamos ajenos al impacto del bloqueo estadounidense, lo cual hace que no todo lo propuesto en este campo se logre a plenitud”.
Subraya que Cuba ha tenido resultados exitosos porque de manera continua ha tenido un crecimiento de su cobertura forestal. “Al triunfar la Revolución, heredamos un 14 % de cobertura forestal, y en el 2024, ya llegamos a un 32 %”, añade.
Según afirmó Guzmán, el país está involucrado en la aprobación de la política forestal y la actualización la Ley. “La Ley 85, aprobada en 1998, todavía es vigente en la mayoría de sus aspectos, pero requiere de actualización y de normas complementarias que nos pongan en contexto, porque han surgido cosas nuevas que requieren respaldo legal”.
Aunque sus compañeros de trabajo afirman que “él se las sabe todas acerca del tema”, no se lo cree y confiesa que constantemente hay que estar superándose y aprendiendo. “Voy a los libros, busco información actualizada sobre la actividad, la cual tiene muchas aristas”. Al paso de los años, sigue amando su especialidad y afirma sin dudar: “Si tuviera otra vida, vuelvo a ser ingeniero forestal”.