Sembrar: ponerle ciencia a la tradición

Por: Dayanis Jorgen Infante/Diario La Demajagua

24 de marzo 2024

Sembrar es un arte. La tierra necesita tantos cuidados que la madre natura nunca le da más o menos, sino lo que necesita en su justa medida… desentrañar sus misterios ha sido tarea de los campesinos, que buscan en las lunas, los ciclos de lluvia, y las formas de sembrar heredadas la clave para logar producciones abundantes.

Hoy -además de todo ese conocimiento heredado de nuestros hombres del campo- se apuesta en la agricultura por la aplicación de métodos brindados por la ciencia, para que esos rendimientos sean aún mayores y suplan las necesidades de alimentación familiares y de la población.

Bajo esa premisa se trabaja en La MariClaudia, una finca pequeña, familiar, ubicada en la zona urbana del municipio costero de Niquero y cultivada por dos jóvenes  dedicados al trabajo del campo como una forma de fortalecer la economía del hogar.

Allí, no solo se cultiva maíz, plátano, yuca… sino que se lleva a cabo un proyecto de investigación para demostrar cómo mediante el uso de la ciencia y la técnica se pueden lograr mejores rendimientos en la cosecha del ñame, un tubérculo, aún poco valorado, pero que provee de la energía necesaria para que el cuerpo realice las funciones de respiración, movimiento, desarrollo y crecimiento,  contiene vitamina B1 y ayuda al trabajo de las proteínas.

Lizania Estrada Gil y Sadier Lara Martínez, ambos jóvenes trabajadores de la Unidad empresarial de base Correo, de ese costero territorio, acompañado de Leannis Tamayo Pérez, otro joven enamorado del campo, deciden por la producción del ñame, un cultivo, que- bien atendido- da unos rendimientos inimaginables.

SUEÑO… Y REALIDADES     

“Este terreno estaba subutilizado, es de mis padres, refiere Sadier Lara Martínez, licenciado en Economía y  amante de la Informática, mientras preparan para la siembra.

“Generalmente, aquí se hacían ciclos cortos de maíz, en el período de primavera y el resto de los cultivos de ciclo largo, como el plátano burro, la yuca. Con la llegada de un nuevo vecino al barrio, que vivía en la zona rural, él me propone aprovechar más el terreno y de allá de su zona empezamos a traer semillas de ñame para probar.

El tiempo ha pasado: “Hace cuatro años empezamos a probar. Con la vinculación de Lizania, mi esposa, a la Universidad a la carrera de Ingeniería Agrónoma, comenzamos a probar otras variantes y otras técnicas basadas en la ciencia. Así conocimos cómo y dónde se podía sembrar, qué plagas pueden afectarlo, y cómo mejorar su rendimiento. Primero, intentamos varias formas para la siembra, pero preferimos el método tradicional de trinchera, que con algunas sugerencias de especialistas puede dar mejores rendimientos.

“Aquí utilizamos la técnica de trinchera con bulbillos múltiples, es decir, que un hoyo ponemos alrededor de 10 o 15 semillas de ñame, y a la hora de cosecharlos se sacan mayor cantidad de productos, y los bulbillos que crecen menos los tomamos como semillas, así lo aprovechamos todo. Esta técnica nos permite además recuperar una semilla más sana, lista para sembrar.

“Hemos probado también la misma técnica con disímiles variedades del ñame. En estos momentos estamos cosechando la variedad Caballo o criollo y hemos obtenido ejemplares que superan las 30 libras y los 50 centímetros de largo”, comenta Lizania Estrada Gil, estudiante de Ingeniería Agrónoma en el Centro Universitario Municipal de Niquero y encargada de traer la ciencia hasta este pedazo de tierra.

“El ñame es un cultivo que permite -del mismo fruto- obtener una parte importante para el consumo y se obtiene la semilla para comenzar un nuevo ciclo de producción. Mientras más crezca la guía, más se desarrolla el tubérculo. Muchas personas confunden ese guía con un bejuco y lo cortan, sin saber que al cortarlo están dañando el proceso de crecimiento del fruto.

“La producción del ñame nos trae beneficios. Es un cultivo que se cosecha en un período donde el campesino está enfrascado en la preparación de la tierra para la siembra de maíz u otros cultivos. Es decir, que nos permite mantener al abastecimiento el año completo. Todos los años sembramos otras variantes para que los resultados sirvan de experiencia a los campesinos y vean”, dice Sadier Lara Martínez, que ya obtuvo ejemplares de hasta 40 libras con estos métodos de siembra.

Hay variedades de ñames que son muy débiles ante el azote de las plagas como las bibijaguas, por ello tomamos la estrategia de sembrar cerca de las trincheras un cultivo que se le conoce popularmente como Nescafé, para esquivar el embate de estas.

EL CAMPO Y LA UNIVERSIDAD

Aunque el cultivo del ñame es tradicional en esta zona oriental, aún persiste el desconocimiento sobre los métodos de siembra en función de mejorar sus resultados, afirma la Máster en Ciencias de la Educación, Ingeniera María Elena Sol Victortes, profesora del Centro Universitario Municipal y coordinadora de la Carrera de Agronomía en dicha institución.

“El trabajo con la tecnología del ñame se comenzó en el año 2022, con el asesoramiento del Doctor en Ciencias Mistervino Borges García y del Laboratorio de Biotecnología Vegetal de la Universidad de Granma, quien hizo la convocatoria para plantar el ñame utilizando esta tecnología Brotaplus, refiere Sol Victortes.

“Primero, se capacitaron los trabajadores que iban a llevar a cabo esta experiencia, y una vez sembrado el cultivo se le dieron todas las atenciones culturales, que consisten en utilizar variedades de ñame empalando el cultivo con varas de cuatro metros o cultivos de porte alto como el maíz, el quimbombó, el girasol”.

“Utilizando esta tecnología hemos alcanzado rendimientos que sobrepasaron nuestras expectativas, pues el ñame, cuando se cosecha normalmente, tiene un peso de cinco a seis libras por planta y nosotros logramos a razón de 10 a 11.7 libras. En una hectárea, el rendimiento esperado es de 97.87 quintales. Nosotros comenzamos el experimento con 0,15 ha y estamos en función de capacitar a varios productores de la Empresa de Cultivos Varios Niquero y de otros municipios que estén interesados en sembrar.

“Este tipo de tecnología no es la que se utiliza en la finca La MariClaudia, por las extensiones del terreno, pero en ambas experiencias hemos tenido excelentes resultados.

La Máster en Ciencias explica que cuando les hablaron del proyecto, dos estudiantes se interesaron por sembrar ñame, Lizania Estrada Gil y Ciro Álvarez Tamayo.

El Doctor en Ciencias Mistervino Borges García visitó sus fincas, y de acuerdo con las características de ambas, les dio ideas de cómo trabajar en función de aprovechar el suelo y obtener mejores rendimientos. Se decidió que sus tesis de graduación estuvieran relacionadas en este proyecto y ambos fueron seleccionados como estudiantes-investigadores, porque aplican la ciencia y la técnica en función de la producción.

LA TIERRA…LA VIDA

Sembrar es un arte, sin lugar a dudas, precisa de cuidados, mimos, tiempo, conocimiento y de gente que respete este trabajo.

“Sembrar ñame se convirtió de una actividad que hacíamos para autoabastecernos, a un proyecto de familia y amigos. Agradecemos a mi vecino Leannis el impulso para sembrar este tipo de cultivo. Él compartió con nosotros sus conocimientos y hoy los aplicamos junto a los de Lizania. Realmente, hemos constituido un excelente equipo, sobre todo es un tiempo que disfrutamos haciendo algo que nos gusta y del cual recibimos beneficios, destaca Lara Martínez.

“Ojalá muchos otros productores se interesen por cultivar ñame. Los resultados están ahí, palpables, y al alcance de quienes los quieran utilizar en beneficio de su familia, de su comunidad”.



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