Productos agrícolas en Cienfuegos: nuevas tarifas y debate “a chaquetón quita’o” (+ Precios – PDF)
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Desde hoy 1ro. de noviembre, el boniato, la yuca, el plátano y la calabaza deberán comercializarse en Cienfuegos a precios notablemente inferiores a los que hasta ahora imperan de manera informal, según la Resolución No. 161 firmada por Alexandre Corona Quintero, gobernador de la provincia.
El anuncio trascendió en una reunión de las máximas autoridades políticas y gubernamentales con directivos del territorio, junto a administradores de mercados agropecuarios y productores.
Raúl González Quintana, jefe del Grupo de funcionamiento interno y asesoría jurídica del Gobierno en Cienfuegos, informó que la nueva normativa modifica algunas de las tarifas aprobadas con anterioridad, en tanto mantiene inamovibles las de la libra de arroz, el frijol negro y el frijol colorado (establecidas en 72, 70 y 75 pesos cubanos, respectivamente), por debajo de sus costos hoy día en el mercado negro.
“Solo los productos adquiridos en otras provincias para vender específicamente en La Plaza del Mercado —localizada en el Centro Histórico Urbano de la ciudad cabecera—, podrán expenderse por la suma del valor del precio de compra más un 40 por ciento”, agregó el funcionario, quien recordó que las medidas por aplicar, conciernen a todos los comercializadores minoristas, ya sean estatales o privados.
No obstante, la Resolución otorga facultades a los Consejos de Administración de los municipios para variar los importes, siempre que resulten menores a los dispuestos. Asimismo, permite a los vendedores ambulantes o carretilleros incrementarlos hasta un 30 por ciento.
Corona Quintero explicó que las tarifas en vigor derivaron de un largo proceso de concertación con los campesinos, “meses durante los cuales hablamos con ellos y llegamos a la conclusión de que eran asequibles, pues obtenían el 30 por ciento de utilidad. Lo hicimos también —sostuvo— para estimular la producción y evitar los desvíos hacia otros lugares”.
Una reciente inspección que lideró el Partido Comunista de Cuba (PCC) en esta región del Centro Sur del país constató el amplio volumen de comida aquí sembrada —donde al decir de los directivos locales no ha faltado combustible ni para una hectárea de tierra en medio de las peores condiciones— y, al unísono, el “trapicheo” existente, con fuga de producciones como el arroz y la yuca hacia destinos imprevistos, esta última acaparada por los porcicultores, en vez de ofertarse al pueblo. La situación conllevó, incluso, a la vigilancia en los puntos de frontera con provincias vecinas.
Ante el escenario descrito, Marydé Fernández López, miembro del Comité Central y primera secretaria del PCC en Cienfuegos, afirmó que, “los campesinos no son entes aislados, pertenecen a distintas formas productivas y tiene que haber un control sobre las cosechas”.
Si bien directivos de la Agricultura, administradores de placitas y productores manifestaron su acuerdo con los nuevos montos, llamaron a que “la ley debe ser igual para todo el mundo”.
Así lo dijo Norjis Lázaro Estepa Fernández, titular del proyecto de desarrollo local Finca La Muralla, quien denunció la competencia desleal impuesta no solo por los carretilleros —quienes a veces ganan hasta más que los guajiros—, sino por empresas como Frutas Selectas, “que ha llegado a vender el boniato a 45 pesos la libra y tiene contratados campos de viandas a precios que nos dejan en total desventaja”, aseveró.
Otro criterio compartió Paulino Pablo Díaz Santillán, quien comanda la Dirección Integral de Supervisión en Cienfuegos. “La Resolución suscrita va a constituir un acicate para la labor de los inspectores, pero hace falta acompañarlos en el enfrentamiento. En ocasiones —comentó—, los camiones que arriban el sábado a ‘La Calzada’ con boniato y yuca, por ejemplo, optan por retirarse apenas son apercibidos por algún tipo de violación”.
El respeto a la institucionalidad, con la exhortación a procurar el orden en la comercialización, devino reclamo fundamental del encuentro, donde Fernández López expresó cuánto urge lograr, además, una presencia estable de ofertas en las placitas y mercados agropecuarios al margen de la feria de los fines de semana. “La gente —subrayó— necesita comida todos los días y nos tiene que importar eso”.