Producir, sin temor al Sol
Surcos testarudos, lomas empinadas, ganado preciado, sudor ardiente… serían combinaciones de palabras ineludibles al escribir de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Camilo Cienfuegos cuyo cuartel de reuniones queda cerquita de la Anap de Caimito, pero sus tierras se extienden allá por Aguacate, en las fincas ubicadas en Quintana.
Esta CCS, eminentemente ganadera, fundada en 2006, no ha desperdiciado oportunidad de insertarse en cuanto ejercicio productivo existe: siembra, cría de ganado y peces, partos a animales, perfeccionamiento de riego, pozos, conocimiento meteorológico y geográfico, e innovación, mucha innovación.
La igualdad de oportunidades para las mujeres por estos lares es cosa seria. Ellas son complemento de los hombres leales que las acompañan y protagonistas de diversas tareas y propósitos.
Así lo aseguran Aina,Yeya y LaPatrona Carcache, solo tres de las 52 mujeres que integran esta cooperativa de 168 socios y 709 hectáreas (ha.) de tierra, de ellas 627.89 correspondientes a la ganadería (29.49 de ganado menor), 28.48 a cultivos varios y 22 a forestal, en la zona de la Loma del Esperón, además de una parte de áreas no cultivables y caminos.
Las guajiras, casi mayoría y por más
Esta cooperativa de la costa norte caimitense, se define en sus mujeres. Destaca por ser una de las 12 cooperativas en el municipio con más mujeres al mando, entre las que encontramos a Mercedes Vega Martínez, la presi- denta desde 2014, natural y precisa; Aina María Gutiérrez Morejón, la vice- presidenta hace tres años, oriunda de Bauta y radicada en Caimito; y Obdu- lia Migdalia Collera Rodríguez (Yeya) la joven organizadora de 75 abriles, delegada del bloque de la FMC en su cuadra y vinculada a los combatientes, al Partido y la comisión electoral.
Además, sobresalen productoras como Sara Carcache (La Patrona, a quien se le entregó recientemente el Sello 60 ani- versario de la FMC, responsable de abastecer a La Coronela el 100 por ciento de la leche. Y por si fuera poco, una de las delegadas de la circunscripción.
Se suman a este gran ejército: Elizabeth, María Elena, Ester, Matilde, Xiomara, Mireya, Edelma, Deisy, Gladys, Ildelisa… propietarias o usufructuarias de tierra, junto a otro gran número en las filas de las familias: hijas, nietas, esposas, herederas desde la cuna de la tradición agreste.
La escuelita rural provee el relevo
La escuelita rural Renato Guitart, para niños que cursan de primero hasta sexto grados, tiene ya reconstruido su bañito gracias al quehacer de los guajiros multifacéticos de la cooperativa, comprometidos con las maestras, muchas de las cuales son esposas de productores, pero en especial con los niños, hijos de campesinos.
De esa primaria egresó hacia la escuela de Arte de San Antonio de los Baños la niña Alanis, nieta de Kenia la maestra, para continuar su formación como bailarina. Así de imbricado está todo por ahí, cual organismo formado por fragmentos indisociables.
A propósito, tienen constituido un círculo de interés de veterinaria, con un médico de esa especialidad, que busca inculcar saberes que luego se puedan aplicar en el entorno. Hace poco, la hija de un productor inició estudios de Técnico Medio en Agronomía en el politécnico Ceiba 6, para asegurar el relevo de las fincas y que así “se queden las raíces en el propio campo”.
Dos muchachitas más tienen la vocación y el propósito de empezar estudios en esa rama, porque ya quedó demostrado que la ciencia y el campo no pueden divorciarse, sino retroali- mentarse para garantizar la eficiencia productiva.
Un sello en la comunidad
La Camilo no solo se entrega a la producción, sino que el factor social es condimento de ese gran ajiaco que son. Fe de eso son sus acciones, donde más se necesita.
El niño Brayan, en situación de discapacidad, es –se puede decir- el apadrinado de esta cooperativa, encargada de proveerle todas las semanas productos para su alimentación como viandas, frutas, hortalizas… que los campesinos ya pasan a dejarle de manera espontánea.
Ahora están carentes de malanga, y la yuca de esta temporada aún es muy ácida e hilachosa para el menor, así que para garantizar sin pausa esta obra pidieron un préstamo.
Los donativos también son comunes y oportunos en el Hogar de Ancianos y en el Materno. Reflejan sus redes sociales, el del puerquito y los sacos de yuca para los abuelos en fin de año, obra con la que se ha comprometido especialmente el productor Roberto Contreras.
Y como el autoabastecimiento es la mejor apuesta de la producción, han ido fomentando la cultura del pie de cría y las posturas, como estrategia en vista a la ansiada soberanía alimentaria. De ahí las orientaciones a los centros de Salud y Educación de establecer módulos pecuarios.
José Cabrera es uno de los produc- tores donantes de pie de cría al Minint, la Casa de Abuelos y próximamente al Hogar Materno, uno de los centros de acción priorizada para ellos.
También cuentan con el significativo aporte de Leonardo López Calixto (Nardo), productor de huevos de codorniz, que ha donado a varias instituciones de Caimito, y los de Brayan son fijos en la agenda.
La razón de ser de esta cooperativa, en palabras de su vicepresidenta, es la producción de leche para los niños. Hace poco enfrentaron un problema que afectó la producción por un día, pero en 24 horas ya habían cumplido por encima del pacto.
Felipe Mirabal (Felipito), productor y presidente de la organización de base en la cooperativa, es otro que no se rezaga. A pesar de las propias eventualidades que median su hogar, no escatima tiempo para ayudar de albañil en la escuelita y hasta ha hecho de partero a una vaca, porque esta gente plena y trabajadora es ante todo, heterogénea y multidisciplinaria, cualidades que en gran medida les han permitido adaptarse a los difíciles entornos.
Esa tierra jíbara ha tenido que ceder
Por sus características agrícolas, los campos de la Quintana son algo tercos. Resulta que esas tierras, otrora cañaverales, ha ido empobreciendo su fertilidad, así que el campesino que las cultiva, cual mago o erudito conocedor, tiene que atinarle al lado bueno. Así, en un cuadrante de 50 cm por 50 cm puede darse yuca blanda y yuca que ni a palos se afloja, pero esos trucos el que es de ahí termina por conocerlos y no se amedrenta; tienen sembradíos de frutales, viandas y recientemente frijoles.
En estas tierras las lluvias tampoco son abundantes. Felipito asegura que es cosa del cambio climático que ya avizoraba Fidel Castro, y para el que había que preparar condiciones.
Sus terrenos son irregulares, de lomas que suben y bajan, de ahí la necesidad que plantean sus productores de recibir combustible para construir pequeñas represas para el riego, que además se puedan emplear en la cría de lebrines, tilapias, y peces a emplearse luego en la alimentación.
Para ello tienen que converger numerosos sectores como el Citma, Higiene, Hidrología… que evalúen competentemente el proceso y que sea efectivo, con la oxigenación requerida en el flujo del agua, las zonas de sombra y de sol…
Felipito también aboga por la incorporación en programas extranjeros sobre producción, pero asegura que mientras no cuenten con recursos y condiciones suficientes, lo más inteligente sería enfocarse en proyectos a menor escala, pero útiles como la cría de peces y el autoconsumo.
Un poco de arte y otro de experiencia definen a estos productores, guajiros que viven y labran sin temor a sudar. Aquí los hombres son motor y las mujeres, combustible que mueven la gran máquina promesa de Artemisa: la agricultura.