Por la salvaguarda invariable de los campos de Cuba
Por: Yuri Muñoz Perdomo del Grupo Web del Minag
20 de julio 2025
La Habana. – A pesar de la compleja situación económica y financiera que ha vivido la Isla a lo largo de más de seis décadas, recrudecida por el bloqueo estadounidense, Cuba ha logrado desarrollar, desde el nivel nacional hasta las bases productivas, un sistema fitosanitario integral, que han contribuido a promover en todos los productores la práctica de enfoques integrales en la respuesta rápida ante la presencia de plagas y enfermedades en las plantas.
A 62 años de la creación de los Servicios Fitosanitarios nacionales, el 17 de julio de 1963, la Revolución cubana reconoce la necesidad de continuar vigilando, controlando, salvaguardando, preservando y protegiendo sus cultivos de las afectaciones, la introducción y la difusión de plagas y otros males en los campos del país.
Según declaró el Máster en Ciencias Ariel Castillo Rodríguez, director de Sanidad Vegetal del Ministerio de la Agricultura (Minag), por estos días se han desarrollado múltiples actividades administrativas y técnicas en todo el país por el nuevo aniversario de estos servicios, las cuales incluyeron además una jornada científica que concluyó este 17 de julio.
En las principales instituciones científicas de todas las provincias, dígase el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (Censa), el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (Inca), el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav), el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), y el Instituto de Biotecnología de las Plantas de Villa Clara, entre otros, se realizaron encuentros que involucraron a todos los expertos de los sistemas fitosanitarios, agregó.
Subrayó entre los principales logros en el sector, la preservación del estado fitosanitario del país ante la introducción y difusión de plagas en aras de que jamás estén presentes en los campos cubanos, y los conocimientos especializados alcanzados por el personal del ramo, lo cual ha posibilitado la creación y mantenimiento de las estructuras del sistema fitosanitario hasta el nivel del productor.
Además, reveló el directivo, los resultados científicos desarrollados por nuestros centros e institutos, lo cuales han propiciado programas y proyectos de innovación en la agricultura nacional, así como la formación de más de un centenar de doctores, másteres y especialistas graduados a lo largo de estos años.
También otro resultado radica en la creación en la década del 80 del siglo pasado y por iniciativa del líder de la Revolución cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, del programa de lucha biológica, y de unos 200 Centros Reproductores de Entomófagos y Entomopatógenos (Cree), los cuales son laboratorios que producen, en cantidades comerciales, agentes de control biológico para combatir el ataque de plagas y enfermedades en los cultivos, especificó.
Estas instituciones, significó Castillo Rodríguez, y varias plantas de bioplaguicidas del país, protegen con biopesticidas o biocontroladores grandes extensiones de un amplio rango de cultivos, lo cual permite ahorrar millones de dólares en sustitución de bioplaguicidas sintéticos.
Notificó que el sistema fitosanitario nacional abarca a más de tres mil trabajadores que ejecutan actividades técnicas, realizan controles de almacenes, puertos y aeropuertos, y laboran en las Estaciones Territoriales de Protección de Plantas (ETPP), estructuras que atienden dos y tres municipios, y en los conocidos como consultorios fitosanitarios, entre otros.
Asimismo, enumeró como otra fortaleza que Cuba sea miembro de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF), de las Naciones Unidas desde 1952, el tratado intergubernamental que busca proteger las plantas, los productos agrícolas y los recursos naturales del mundo contra las plagas vegetales.
No obstante la compleja situación económica y financiera que ha vivido la Isla a lo largo de más de seis décadas, recrudecida por el bloqueo estadounidense, el país ha logrado implementar, desde el nivel nacional hasta las bases productivas, un sistema fitosanitario integral, que ha contribuido a promover en todos los productores la práctica de enfoques integrales en la respuesta rápida ante la presencia de enfermedades en las plantas, indicó.
Gracias además a la creación del sistema de sanidad vegetal nacional, se han podido desarrollar muchos proyectos de investigación e innovación tecnológica que salvaguardan el estado fitosanitario interno, dígase tecnologías de reproducción y aplicación de medios biológicos, de manejo integrado, y de prevención y mitigación de plagas endémicas y exóticas, entre otras, añadió.
En la actualidad, admitió, las instituciones científicas cubanas mantienen una vigilancia estrecha de las conocidas como especies invasoras, capacitan técnicos y especialistas, socializan la información y efectúan estudios bioecológicos y epidemiológicos de especies introducidas, entre otras labores.
Igualmente, señaló Castillo Rodríguez, el creciente empleo de los medios biológicos en el quehacer del campesinado disminuye la demanda de productos químicos que repercuten negativamente en el suelo, la atmósfera y la vida de los trabajadores, así como demandan un desembolso mayor de divisas al país en importaciones.
En todas estas décadas, testificó, los daños causados por la guerra biológica desatada contra Cuba por el gobierno de los Estados Unidos y sus servicios de inteligencia, dirigida a frustrar planes de desarrollo enfocados en el aumento de la producción agrícola, han sido enormes y más de 30 plagas introducidas afectaron la caña de azúcar, el carbón, el café, el tabaco, los cítricos y los cultivos varios, entre otras.