Pequeños avances en la labranza conservacionista
Por: Arcadio Ríos (IAgric). Fuente: Convención Ingeniería Agrícola 2022
En la actualidad en la agricultura cubana los rendimientos de algunos cultivos son bajos, fundamentalmente motivado por el daño que han acumulado los suelos en su manejo con tecnología de labranza basada en arados y gradas de discos, implementos que invierten la capa superficial cuando es roturado, lo cual no favorece la descomposición de la materia orgánica. Además, los discos al rotar se apoyan en el fondo del surco y esa fuerza provoca la compactación.
Las consecuencias han sido la alteración de su estructura, baja capacidad de infiltración, erosión, pérdida de materia orgánica, compactación, etc.
Buscando una nueva tecnología
Para resolver este problema se plantea el uso de una tecnología conservacionista, sustentada en implementos que no invierten el suelo y que tiene como propósito atenuar los efectos negativos de las tecnologías tradicionales. Estos implementos son el multiarado y el tiller. El multiarado produce un corte horizontal a profundidades de unos 20-25 cm, dejando la misma estructura vertical del suelo, con lo que no se entierra la capa superficial más fértil, o sea, el espacio en que precisamente se desarrollan las raíces de las plantas. Igual sucede con el tiller, que es el implemento para romper los terrones, tanto en la preparación básica como en el cultivo.
Otra variante conservacionista consiste en no roturar el terreno, sino dejar en la superficie los restos vegetales y alterar solamente los puntos donde se siembran las semillas. Esta cobertura evita los arrastres de tierra por las lluvias y el riego y conserva la humedad, ahorrando agua de regadío.
En un área experimental de laUnidad de Ciencia y Tecnología de Base (UCTB) del IAgric en Pulido, provincia Artemisa, se desarrolló una investigación de labranza conservacionista comparativamente con la tecnología tradicional, determinándose como variables las características físicas de los suelos, índices de calidad de trabajo de las tecnologías, indicadores económicos y rendimiento de los cultivos.
Como resultados se destaca que la tecnología conservacionista no produce una diferencia significativa en los valores de densidad aparente del suelo y la resistencia a la penetración disminuye significativamente en comparación con la tradicional. Y, algo muy importante, se produce un ahorro de combustible entre 9 y 11 litros por hectárea, lo que influye en que los gastos totales disminuyan en 14,20 pesos/ha.
Sin embargo, es solo un pequeño avance, pues aún hay un largo camino por recorrer para que realmente los productores adopten estas nuevas tecnologías.
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