Nuevos aires en la granja avícola de Agua Fría
El centro fomentense, luego de tocar fondo, ahora se recupera económicamente con la producción de huevos. Nuevas líneas de trabajo acometen en el colectivo
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5 de julio 2024
A poco más de dos kilómetros de distancia del centro urbano de Fomento, por la carretera que conduce a la zona de Manicaragua, se encuentra la granja avícola conocida como Agua Fría, una instalación que hace loas al nombre del lugar donde radica.
El centro de costo perteneciente al colectivo agropecuario de la Unidad Empresarial de Base Reemplazo, con sede en el municipio de Cabaiguán, enfrenta un proceso de reanimación productiva luego de haber transitado por etapas buenas, regulares y malas que lo llevaron casi a la desaparición; mas, a la vuelta de dos años se levanta constructiva y económicamente para dar continuidad a las acciones relacionadas con la cadena alimenticia y al desarrollo de programas de impacto social.
Sin desdeñar limitaciones de recursos e insumos, los cuales resultan vitales para reanimar las producciones avícolas, el colectivo, compuesto por 13 trabajadores, se empeña en quitarse el mote de improductivo, aunque para ello fue preciso cambiar su objeto social y, en lugar de contribuir con la reproducción de aves rústicas para el desarrollo de la crianza en áreas del lomerío, se dedican a la obtención de huevos marrones destinados a la nutrición en diversos programas sociales de la provincia.
CON AIRES DE EMPRENDIMIENTO
Alexis Ardiles Faceta, el jefe de brigada en la granja avícola de Agua Fría, explica que toda la labor se centra en las atenciones y los resultados, a partir de que se inició la recuperación de las naves que estuvieron en desuso y de haber introducido las gallinas semirrústicas ponedoras.
“Contamos con un inventario de 4 085 gallinas y 177 machos que conviven en las naves recuperadas donde se desarrolla la monta directa. Aquí trabajamos todos los días de la semana con una labor muy intensa y de manera rotativa, y, aunque les damos un día de descanso a los compañeros, la granja es de todos porque las aves deben atenderse diariamente”, opina Ardiles.
“Los problemas asociados a la alimentación de estas aves nos obligan a limitar la proliferación de las mismas; sin embargo, buscamos variantes para explotar productivamente las áreas exteriores del centro, donde desarrollamos también la siembra de viandas, hortalizas, granos y frutales, así como de condimentos y vegetales para el autoabastecimiento de los trabajadores y del propio comedor obrero”, aclara.
En cuanto a la alimentación de las aves, se está recibiendo la cantidad requerida de pienso que envía la propia empresa, lo que asegura una producción estable de huevos, aunque, si fuera necesario, se pudiera pensar en utilizar el residuo de cosechas para apoyar la nutrición de los animales.
MOTIVACIONES
Al decir del doctor en Medicina Veterinaria Ciro Roberto Rodríguez, hace aproximadamente un año la granja avícola dejó de reproducir y comercializar los pollitos que encontraban mercado seguro en las distintas ferias agropecuarias de la provincia y solo se enfrasca en la obtención de huevos para cubrir la asignación de centros de Salud, Educación y otros programas sociales.
Al cierre de abril la granja de Agua Fría entregó más de 126 900 huevos y, aunque se quedó por debajo de lo previsto, debido a dificultades con el arribo del pienso, ya se están recuperando las entregas.
“Los cuidados que se le profesan a las aves en un sistema de crianza intensivo, como el que tiene lugar en las cuatro naves de esta instalación avícola, resultan determinantes en cada parte del proceso —apunta el médico—. Llevo cuatro años en la unidad, yo diría los de menos recursos, pues mi entrada coincidió con la reconstrucción de las naves. Agua Fría tocó fondo, pero gracias a un proyecto de desarrollo que nos aportó el techo de zinc y la madera para recuperar los demás aposentos, pudimos lograrlo. Por suerte, terminando la última de las cuatro naves comenzaron a llegar los animales”.
¿Es difícil atender la salud de las aves?
“Mi función como médico es prevenir las enfermedades, no enfrentarlas. Por eso insistimos tanto en cumplir con lo que llamamos bioseguridad, la cual comienza desde que uno llega a la granja hasta que sale del local y tiene relación con todos los procederes desde la organización de los espacios, la limpieza, la desinfección, el uso de barreras sanitarias, la desactivación de los animales fallecidos, entre otros aspectos”.
¿Por cuánto tiempo se prolonga la vida útil de las gallinas ponedoras?
“Lo que está reglamentado es que sea por un año y seis meses, aproximadamente, y eso se sabe cuando disminuyen las cantidades promedio que se recogen diariamente y dejan de ser rentables, entonces se retiran esos animales y se inicia el proceso con nuevos ejemplares de gallinas ponedoras procedentes de la Unidad Reemplazo Jatibonico, que se encarga hoy de la reproducción”.
Para Maritza Quignón Nápoles, responsable de las naves 3 y 4 el trabajo es complejo y sistemático. “Al llegar lo primero que hago es botar el agua de los bebederos, fregarlos y serviciarlos, luego se sirve la comida en los comederos y posteriormente recojo los huevos, unos 13 cartones por día, una vez que se realiza la recolecta los huevos se limpian uno por uno, antes de depositarlos en los files y de llevarlos al almacén donde se recepcionan”, dice.
“Pero a la par de estas labores voy observando el comportamiento de cada animal, si hay alguno decaído o enfermo entonces lo separo para el área de enfermería, eso lo hago constantemente, porque cada media hora debo hacer la recogida de huevos, para evitar que las gallinas los piquen.
“Ellos son como mis propios hijos —aclara Maritza—, ya me conocen y cuando entro al aposento, andan detrás de mí hasta que les sirvo el agua fresca y la comida. En este centro llevo dos años, nunca antes había tenido contacto con las aves, pero ya me siento cómoda porque puedo desarrollar bien esta labor y, además, la de auxiliar de Contabilidad, otra de mis responsabilidades”.
¿Y qué pasó en el centro tras la visita del vicepresidente cubano Salvador Valdés Mesa?
“Hace alrededor de un año llegó a la granja para sostener un intercambio de trabajo con el colectivo —puntualiza el veterinario—. Él se refirió al desarrollo que era preciso alcanzar en las producciones agrícolas y pecuarias para apoyar al autoabastecimiento local, aquí planteó la idea de crecer más en animales reproductivos con vistas a potenciar las entregas de estas especies semirrústicas en zonas del Plan Turquino, tal y como se hacía anteriormente.
“Y aunque se sabe que por las limitaciones con el pienso en este momento no es posible, el objetivo, dijo, es retomar esas producciones en cuanto el país se recupere. Igualmente, se interesó por el salario que devengamos y nos recomendó hacer el autoconsumo para obtener alimentos en cada porción de tierra inutilizada y de esa forma asegurar el autoabastecimiento alimentario individual y colectivo”.
Gracias a esta iniciativa, sugerida por el Vicepresidente, en la granja ya se efectúan ventas de frijoles, arroz, tomate y viandas, entre otros productos; es por ello que resulta común encontrar a cualquiera de estos obreros arando, cultivando o realizando cualquier atención cultural a la tierra.
La granja de Agua Fría se recupera paso a paso mientras combina la producción de huevos marrones para el consumo de uso social con la obtención de alimentos, fruto del trabajo agrícola del pequeño colectivo, que busca rentabilidad y salda deudas.