No habrá soberanía alimentaria sin la unidad de todos

Para analizar cómo garantizar un mayor control y eficiencia en la producción de alimentos, se realizó ayer la reunión de trabajo de la Comisión Agroalimentaria del Parlamento, sobre la implementación de la Ley 148/2022 de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional, y el acuerdo que establece la más alta fiscalización al Ministerio de Agricultura (Minag).

En el Capitolio Nacional, Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político y presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), enfatizó en la importancia de tener un conocimiento detallado de la tierra y su situación para asegurar la soberanía alimentaria, y reconoció la oportunidad del ejercicio al control, uso y legalidad de la tierra que realiza el Minag este año.

Destacó la importancia de trabajar juntos para superar los desafíos y alcanzar los objetivos propuestos en materia de seguridad alimentaria y nutricional, así como del esfuerzo para lograr una verdadera oportunidad de desarrollo en el sector agrícola.

En un contexto de desigualdad de ingresos, Lazo Hernández precisó que es fundamental analizar y comprender las causas subyacentes de esta problemática, para buscar soluciones efectivas que permitan apoyar a los agricultores y garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola.

Alexis Rodríguez Pérez, director general de Economía y Desarrollo Agropecuario del Minag, resaltó que la principal apuesta para revertir las dificultades reside en el diseño de un sistema de financiamiento con la capacidad de reutilizar gran parte de los recursos empleados en la agricultura para reaprovisionarla.

El esquema propuesto, profundizó, cuenta con potencialidades para propiciar un retorno del 70 % de lo invertido en la miel, además de aliviar la pesada factura para la Isla de las importaciones del arroz y el frijol, entre otros beneficios.

Rodríguez Pérez informó sobre las negociaciones, aún en ciernes, para establecer cuatro contratos internacionales de colaboración sobre el arroz, con países como China, Irán y Vietnam, y otros relacionados con el programa de los cítricos.

«Tenemos mala fama, lo que estamos produciendo no alcanza para cumplir los compromisos pactados», expresó, y definió así un motivo de la desconfianza y el repliegue de los inversores extranjeros.

Al concluir el debate, el Presidente de la ANPP indicó compartir los planes con el pueblo para sumarlo a la solución de sus propios problemas, movilizar a más personas hacia el campo, recuperar las tierras desaprovechadas en la industria azucarera y sembrar con guayaba enana las áreas abandonadas al marabú.

De igual forma, instó a dirigir con la conciencia y la urgencia de encontrarnos en una economía de guerra. A pesar de los enormes retos del presente, aseguró: «sin ustedes no ganamos la guerra, pero la vamos a ganar».