Las Guásimas vuelve a ganar su Batalla
Más que un placer, toda una cultura envuelve el universo del habano, decía Eusebio Leal. Y, si usted quiere hallar el ejemplo de cómo incrementar la cantidad de esas divinas hojas, con saberes, afán, eficiencia y satisfacción de los trabajadores, váyase hasta la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Batalla de las Guásimas, en San Antonio de los Baños.
Mucho más que humo
Dígame si le falta razón a quienes defienden que el ron es el sabor líquido de Cuba y el tabaco su aroma. Los cubanos nos distinguimos por ser agradables, dulces y hospitalarios, pero tal como ambos símbolos de esta tierra, igual somos fuertes y ardientes.
El mundo entero coincide en identificarnos con el prestigio en el cultivo de esa solanácea y la confección de sus puros, un proceso de excelencia en cada detalle: entraña dedicación, rigor y aplicación de la ciencia, más allá del humo de un selecto Cohiba.
Roberto Álvarez, económico de la cooperativa ariguanabense, ilustra con algunos datos su éxito productivo. Debían acopiar 119,6 toneladas (t) de tabaco, y recolectaron 120,4: planificaron 289 400 cujes; sin embargo, cosecharon 307 000, prueba fehaciente del buen rendimiento en las vegas.
Además, con 27 t menos que el año anterior, al cierre de septiembre ya sumaban 50 de capa, debido a lo cual confían repetir las 54 de entonces.
Algo similar ocurre con el plan en valores, ascendente a casi 98 millones; el 30 de septiembre se aproximaban a 101 millones, cuando les restan 600 quintales por beneficiar.
“En lograr esa cantidad de capas destinadas al torcido de exportación, influyó que sustituimos las parihuelas por cajas plásticas, para recolectar tabaco, pues reducen la manipulación y, por tanto, los daños a las hojas”, explica Alexander Sánchez, el especialista en Agrotecnia.
“En una parihuela se transportan de 12 a 20 cujes. Al llegar a la casa de tabaco, una persona los saca y se los acomoda a las ensartadoras. Mientras, las cajas llevan cuje y medio, de manera que el tabaco no está apretado por el peso encima, ni nadie más lo toca: el propio recolector lo entrega a quienes lo van a ensartar.
“Siempre en los bordes de las parihuelas queda tabaco por fuera, susceptible a dañarse, sin contar el apretón para amarrarlas. Encima, cada año había que hacer nuevas”.
Ciencia imprescindible
La hoja del tabaco nunca muere, solo duerme en las casas de cura, repetía ese sabio llamado Eusebio Leal. Justo allí, el joven habano que llegó de la vega “en pañales”, consolida y confirma sus virtudes
La llamada cura controlada busca la fermentación del tabaco, a fin de que empareje los colores de la hoja y obtener los resultados óptimos en la capa de exportación.
Habrá que aplicar no poca ciencia en el camino. “Mejoramos la estructura de los suelos y les aportamos nitrógeno, a partir de abonos verdes como canavalia y terciopelo. El año anterior sembramos 56 hectáreas (ha.), que beneficiaron más de la mitad de la tierra a plantar de tabaco”, agrega Sánchez.
“Ahora proyectamos llevar los abonos verdes a todas las áreas a cubrir de tabaco el año próximo.
“Subsolamos para mejorar el drenaje del suelo, y a 42 ha. se les aplicó (antes de sembrarlas) 270 t de humus de lombriz, producido por nosotros, mediante la recuperación de estiércol vacuno del módulo pecuario”.
Pero no es todo: el especialista en Agrotecnia resalta que van a plantar cada área con la variedad Corojo 2020, de mayor rendimiento en capas y estimada entre los clientes.
Por si no bastara, Eulices Hardy, presidente de Batalla de las Guásimas, alude al sistema de riego por goteo en uso, que protege la hoja al no ser tocada directamente por el agua… y, encima, fertiliza.
Menciona que el 75 por ciento (%) del tabaco cosechado va a cura controlada en las kalfrisas, y elogia la técnica del cepellón para las posturas, pues asegura uniformidad en los surcos sembrados, conserva intacta la raíz al trasplantarla y la plántula no se estresa.
Otra fuente muy valiosa
Alexander Sánchez aporta un dato más. “La recuperación de recursos también influye en la economía de la cooperativa. En 2023 no compramos tela, solo remendamos la que tenemos; será suficiente para esta campaña y quizás para la próxima. La propia brigada de tendales rescata tela y postes.
“Asimismo, sembramos 22 ha. de eucalipto, con tal de autoabastecernos de postes, cujes y varas para la reparación de las casas de tabaco.
“Comprar madera significaba un gasto enorme: hace seis o siete años, nos pidieron 54 pesos por una vara, sin incluir la transportación; el viaje a Pinar del Río al costo actual del combustible ¡ni hablar!”
Y enfatiza que, cuando quienes trabajan en la agricultura lo hacen en la escogida, aprecian el posible daño que causaron a las hojas, y les sirve para evitarlo en la campaña siguiente.
Mientras, Roberto Álvarez, el económico, puntualiza que la especialización de la fuerza en función de las principales actividades del tabaco es muy rigurosa, tanto en la siembra como en el beneficio. Su dominio preciso del trabajo evita diferentes perjuicios.
Frijol es tabaco
El presidente de esta UBPC tomó el batón de alguien legendario: Aurelio Reyes Santiesteban, Héroe del Trabajo y Hombre Habano. No obstante, Eulices Hardy advierte que si fue difícil llegar, mantenerse también lo es. “Hasta ahora lo hemos conseguido. Todos tienen ganas de alcanzar resultados; de ahí sale la prosperidad económica”.
Les queda bien claro que frijol es tabaco, porque las ganancias de los ubepecistas y la atención al hombre constituyen el mejor impulso a la producción.
No hay mejor prueba que la dedicación al trabajo y esmero en las disímiles tareas. Desde luego, perciben que su labor es recompensada con la satisfacción de sus necesidades.
“Vinimos a trabajar y buscar dinero”, confiesa Orlando Olivera, integrante de la brigada de fumigación y de poda, quien llegó desde Guantánamo a un campamento. Años después, con lo devengado en Batalla de las Guásimas, pudo comprar una casa en San Antonio de los Baños.
“Valió la pena”, sostiene. Similar historia vivieron sus compañeros de brigada, también dueños ya de una vivienda propia. Ellos hablan de la venta de pollo, cerveza y diversos alimentos, así como de sus ingresos en MLC.
“Tratamos de garantizar lo necesario al colectivo, incluido el estímulo monetario, módulos de alimentos y ventas de leche, frijoles y viandas”, indica Hardy.
Álvarez, el económico, subraya que la norma del trabajador es de 180 pesos diarios. “Usualmente cumplen norma y media o dos. En agosto, distribuimos ocho millones de pesos a partir de las utilidades (cada quien recibió de 20 000 a 30 000), y en enero o inicios de febrero se distribuirán las utilidades finales, estimadas en 60 o 65 millones.
“Con el pago de MLC para desarrollo de la UBPC, procedente del 3,6% de ingresos por la capa de exportación, compramos tres tractores nuevos, equipos de informática, piezas de repuesto, plato fuerte destinado al comedor y módulos alimenticios a fin de ofertar a los trabajadores”.
Por supuesto, la atención a quien fertiliza la tierra con su sudor, contribuye a tener más hojas de tabaco de primera calidad, en tanto garantizar esa producción y mejores plantas… propicia mayores ganancias. Y, se lo aseguro, esa reciprocidad incentiva que la llama de los más codiciados puros del mundo… nunca se extinga.