La tierra en manos jóvenes

Por: Leipzig Vázquez García

2 de mayo de 2024

FOTO Leipzig Vazquez Garcia
FOTO Leipzig Vazquez Garcia

Cultivar la tierra es un arte que requiere paciencia, entrega y perseverancia, cualidades que se unen en Julio Rafael Hernández Figueredo, joven bayamés de 35 años de edad, convencido de la importancia de la agricultura.

Cuando conversas con él te impregna energía y optimismo, cuenta que recibió sus tierras, no perdió tiempo y comenzó a prepararlas para ver el fruto: “Me gusta la agricultura, yo siempre he sido partidario de, como dijo nuestro apóstol José Martí: si el hombre sirve la tierra sirve.”

Esas fueron sus primeras palabras cuando iniciamos nuestro diálogo, mientras observaba con orgullo el fruto de su trabajo, e insatisfecho aún, porque queda mucho por hacer.

“Estas tierras llevaban 14 años sin trabajarse, llenas de marabú; las buldosearon dos veces y no hubo producción. Yo las pedí y vine para aquí a trabajar hace un año. En seis meses entregué 214 quintales de calabaza y ocho quintales de melón, con solo dos carreras que sembré de este fruto.”

Bien sabe Julio Rafael de trabajo y sacrificio, de cuánto empeño se necesita para hacer producir la tierra en tiempos donde los insumos y fertilizantes escasean, por el recrudecido bloqueo del gobierno norteamericano contra Cuba.

Este joven que vive a más de 700 kilómetros de la capital cubana, en una comunidad de la región oriental del país conocida como Las Mangas en la ciudad de Bayamo, tiene sobrados deseos de aportar.

“Ahora tengo yuca sembrada y quiero seguir incrementado este producto, además retomar el cultivo de la calabaza, el maíz, el melón. Espero que las inclemencias del tiempo nos ayuden, mientras se instalan los sistemas de riego.”

¿Cómo lograste eliminar el marabú que te encontraste aquí?

– Eso fue una tarea ardua, lo tumbamos a mano, empezamos destronconando a pico, luego logramos que un tractor entrara y quitara los troncos con el arado que se nos rompió varias veces, pero lo logramos y miren como ya tenemos esto, en producción y para el beneficio del pueblo.

¿Cuál es el tú sueño?

-Amanecer y saber que tengo un sistema de riego, que no dependa del clima para poder sembrar y tener resultados. Yo tengo el río Bayamo que rodea la finca completa y con un sistema de riego podré tener cultivo todo el año.

Julio Rafael heredó las costumbres campesinas de sus tíos, cuenta que lo llevaban a ayudar a sembrar las tierras y así se fue apasionando por ese trabajo. Estudió en la escuela Militar Camilo Cienfuegos de Bayamo, pero dice que lo de él es el campo.

“Quisiera incrementar mis producciones para donar al Hospital Infantil y a la Casa de Niños de Amparo Familiar, aún me quedan ocho hectáreas de tierra por preparar y a medida que vaya incrementando la economía quiero entrar en proyectos avícolas y de ganado menor”.

Este joven emprendedor alega que todo trabajo requiere sacrificio: “Nosotros lo que tenemos es que tirar pá adelante, que es lo que necesita el país. Yo empecé con 31 años y ahora a los 35 es que veo resultados. Para trabajar la agricultura tiene que nacer de uno y a mí me gusta.”



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