Por: Ana Margarita- Grupo Empresarial Agrícola
La odisea de Aramis Vázquez Martínez pudiera ser la de cualquiera de los campesinos que cultivan tomate en Mamonal: las lluvias de la tormenta tropical Eta y otras en los meses de octubre y noviembre, mataron los semilleros y muchas de las plantaciones que ya crecían; sin embargo, él se aferró a su orgullo y recortó las plantas, que al retoñar dieron abundantes frutos.
Dicen que es en Mamonal donde se logran los más altos rendimientos del tomate en Cuba; una voz popular que corre y trasciende, enalteciendo este polo productivo del noreste de Ciego de Ávila, suministrador de materia prima para el procesamiento de en la Fábrica de Conservas de Majagua.
Aramís lleva seis meses cosechando en el empalado: “Casualmente la estoy arrancando hoy (11 de mayo), todavía con frutos, para que no se convierta en foco de infección. Tengo que sanear ese suelo que garantiza las plantaciones de la próxima campaña.
“Dentro de dos meses estoy preparando suelos y echando semilleros para sembrar temprano, que es la estrategia para recoger a finales de año”. Aramis Vázquez, uno de los campesinos más mentados por aquella región, hace plantaciones empaladas y rastreras con altos rendimientos y calidad. Casi la totalidad la entrega a la industria de Majagua y otra parte es para semilla.
En su finca El Paraíso, que tiene 13,40 hectáreas en usufructo, Aramis se enamoró del campo. “Había tenido otros trabajos, hasta que hace 14 o 15 años decidí beber la savia del campo”. A los 47 años admite: “Soy empírico, todo se lo debo a la experiencia que transmiten los productores de la CCS Abel Santamaría, aprovechar cada tiempito para leer instructivos técnicos y capacitarme”.
Eso le permitió enrolarse en la vanguardia de una zona que siempre cumple los compromisos productivos. Califica los rendimientos como aceptables, pues a falta de fertilizantes y productos químicos usó medios biológicos y la tracción animal para el laboreo y el cultivo, porque “al tomate le gusta la frescura y la tierra suelta”.
Mamonal es un polo productivo muy eficiente, por lo que de contar con insumos y combustible pudieran cosechar hasta 20 mil toneladas de tomate (campaña 2016-2017: 19 mil t), cuando en esta lograrán 7 mil.
Los campesinos avileños sustentan el 98 % de la producción y aplicaron diversas estrategias, entre ellas la siembra de más áreas que las previstas, lucha integral contra plagas y enfermedades, además de que el frío ayudó para superar la cantidad comprometida con las industrias.
