La ingeniería agrícola y la soberanía alimentaria

Por: Grupo Web MINAG, y Arcadio Ríos (IAgric)

Se entiende por soberanía alimentaria el resultado de un conjunto de acciones mediante las cuales el país define sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a los objetivos de desarrollo sostenible. Con ello se logra garantizar la suficiente disponibilidad de alimentos en cantidad y calidad según las necesidades biológicas, aumentar el acceso de las personas y el aprovechamiento adecuado de los mismos, protegiendo el mercado doméstico contra los productos excedentarios que se venden más baratos en el mercado internacional, pero que depender de ellos implica compromisos que atentan contra la soberanía nacional.

Un papel de gran importancia para el logro de estos objetivos lo juega la Ingeniería Agrícola, una profesión que correlaciona las diferentes áreas de la Ingeniería con el fin de brindar una solución óptima a los problemas del sector agropecuario, convirtiéndose en un pilar importantes para su pleno desarrollo. Estas áreas son: ingeniería de procesos de productos agropecuarios; construcciones agrícolas y electrificación rural; maquinaria y mecanización agrícola; e ingeniería de recursos de agua y suelo. Además de estas áreas específicas, la Ingeniería Agrícola aplica en la solución de los problemas del agro los fundamentos de las tecnologías de la informática y las comunicaciones, de la economía y de las técnicas productivas en la agricultura.

Estos son los temas de diversos estudios que se realizan en el país para definir las posibilidades regionales y locales de incremento de la producción agropecuaria, y uno de ellos, desarrollado por la UNICA, abarcó toda la provincia de Ciego de Ávila, con grandes logros en la agricultura y con mucho potencial por desarrollar.

 Resultados del estudio

En el estudio se determinó que 68 % de la superficie agrícola de la provincia la constituyen suelos de poca o muy poca productividad, afectados por factores limitantes que impiden alcanzar los rendimientos potenciales: solo una tercera parte clasifica como muy productiva o productiva, lo que impone aplicar las medidas de acondicionamiento y mejoramiento de suelos para aumentar su productividad.

La provincia tiene una tasa media anual de crecimiento poblacional negativa (- 0,6) y una poblacional rural de solo el 26,2 %, con una fuerza laboral envejecida, y un creciente flujo migratorio del campo hacia la ciudad, sobre todo de jóvenes, en busca de mejores oportunidades económicas. Todo ello obliga al uso eficiente de las tecnologías mecanizadas que permitan suplir el déficit de fuerza de trabajo e incrementar la productividad.

La tasa media anual de crecimiento poblacional es negativa (- 0,6) y cuenta con una poblacional rural de solo el 26,2 %, con una fuerza laboral envejecida, y un creciente flujo migratorio del campo hacia la ciudad, sobre todo de jóvenes, en busca de mejores oportunidades económicas. Todo ello obliga al uso eficiente de las tecnologías mecanizadas que permitan suplir el déficit de fuerza de trabajo e incrementar la productividad.

Recomendaciones del estudio

Una de las recomendaciones del estudio se centra en promover la utilización de alternativas tecnológicas que contribuyan a incrementar la productividad, la calidad, inocuidad y competitividad de los productos agroindustriales, el uso y manejo sostenible de los recursos naturales y los ecosistemas agrarios, incluyendo la adaptación al cambio climático. Se deben reestructurar las tecnologías de mecanización agropecuarias pasando del modelo convencional, altamente tecnificado, a una agricultura basada en el uso de tecnologías apropiadas a cada productor, a partir de factores técnicos, económicos y sociales, potenciando el uso en los sectores de mayor protagonismo en la producción de alimentos de la provincia. Además, hay que revitalizar la infraestructura de servicios técnicos en la agricultura e incrementar la formación de técnicos y profesionales de la Ingeniería Agrícola.