La ganadería, el bosque y el campesino nuevo
Tomado de Juventud Rebelde
NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— David Rolando Blanco, más conocido como «el Conejo», es uno de los productores integrales de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Grito de Baire, quien además maneja dos proyectos forestales en armonía con el medioambiente y con su economía familiar.
A más de 20 kilómetros de Nueva Gerona, en una de las zonas alejadas del centro urbano de La Fe (segunda comunidad en importancia del territorio), las tierras de Blanco exhiben ahora un panorama boscoso de las especies acacia y eucalipto, cuya frondosidad semeja un paisaje al óleo con colores verde, marrón y blanco.
«Tenía que haber empezado antes», comenta mientras caminamos por el área sembrada, al tiempo que explica que el proyecto es fundamentalmente para obtener madera, pero también oxigena la tierra y proporciona sombra y alimento para el ganado.
Blanco es ganadero de vocación, nacido y criado en el campo, como él mismo se clasifica. El amor por las labores agrícolas lo conoció desde la cuna: «Siempre me ha gustado todo lo de la agricultura, pero la ganadería es fascinante para mí. Es una tarea diaria y te da alimento para la familia. Ahora con las nuevas medidas, más todavía: si cumples tu plan tienes la recompensa y eso es un reconocimiento a tu trabajo», dice.
Y lo suyo con la ganadería es ciertamente serio, ahora con otro rebaño a su cuidado: el apícola, del cual, aunque no lo reconoce públicamente, ya está profundamente enamorado, sobre todo porque su proyecto forestal con silvicultura le ha generado no pocas sorpresas con las abejas.
«Estas matas son melíferas por las flores y por la hoja; eso lo leí y lo he comprobado. En Centroamérica se ha duplicado y triplicado la producción de miel a partir del cultivo de estas especies. Y como florecen tres veces en el año (pocas plantas lo hacen con esa frecuencia), garantizan altas producciones de miel», detalla.
«Tengo más de 36 000 árboles, entre eucalipto y acacia, y el proyecto me ha favorecido mucho con las abejas. Hace tres años que manejo dos apiarios y produzco miel. Este año voy por dos tanques de 208 litros y ocho kilogramos de cera. Ahora vienen noviembre y diciembre, que son buenos para la miel, y pienso culminar con no menos de cinco o seis tanques.
También le favorece para el ganado mayor. Tiene 47 animales (29 machos y 37 hembras). Con 13 vacas en ordeño, entrega diariamente 48 litros de leche fresca a la industria. Además, cumplió el plan de carne y es uno de los beneficiados con las nuevas medidas en ese sector.
«Como cumplí con la industria, se me autorizó a matar dos reses, que voy a destinar al consumo familiar, al de mi cooperativa y de mi comunidad, además de ayudar a personas con enfermedades de baja prevalencia y dos niños con cáncer que necesitan el alimento y esta ocasión lo tendrán sin costo alguno. Me satisface ver cómo con mi esfuerzo y el de mi familia se puede alegrar la vida a otras personas, porque no todo es el dinero», dice.
