La campaña de las motosierras

Con el reto de producir en cuestión de meses lo que en tiempos normales habría tomado varios años de trabajo, las empresas forestales de Pinar del Río tienen actualmente sobre sus hombros buena parte del peso de la campaña tabacalera 2023-2024

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 Desde el paso de los huracanes Isidore y Lili, en 2002, no se enfrentaba un proceso constructivo de tal magnitud. Foto: Ronald Suárez Rivas
Desde el paso de los huracanes Isidore y Lili, en 2002, no se enfrentaba un proceso constructivo de tal magnitud. Foto: Ronald Suárez Rivas

Pinar del Río.–Con el reto de producir en cuestión de meses lo que en tiempos normales habría tomado varios años de trabajo, las empresas forestales de Pinar del Río tienen actualmente sobre sus hombros buena parte del peso de la campaña tabacalera 2023-2024.

De la entrega a tiempo de la madera para volver a levantar miles de casas de cura natural (secado), destruidas por el huracán Ian, depende que puedan plantarse las 12 905 hectáreas previstas, en la que se considera la tierra del mejor tabaco del mundo.

Ello sería un 70 % de las áreas por sembrar en todo el país del principal rubro exportable de la agricultura cubana.

Desde que los huracanes Isidore y Lili devastaran la provincia, en el año 2002, no se enfrentaba un proceso constructivo de tal magnitud.

Incluso, los especialistas consideran el impacto de Ian como el peor golpe sufrido por la infraestructura tabacalera en toda su historia.

Roberto Valdés Rojas, director de la unidad empresarial de base (UEB) Talleres e Industria, perteneciente al sector forestal, recuerda que tras el paso del poderoso fenómeno meteorológico, los estimados arrojaron que para acometer la recuperación harían falta unos 2,7 millones de piezas de madera de distintas dimensiones.

Ante una cifra tan alta, señaló que en un primer momento se pensó que sería necesario trasladar una parte desde otras provincias.

Sin embargo, el equipo técnico para la ordenación forestal, del cual forma parte, determinó que los bosques pinareños cuentan con el potencial necesario para asumir, por sí solos, la reconstrucción de las más de 10 000 casas de cura derribadas por el huracán.

«Así que se hizo una distribución entre las cinco empresas del territorio, teniendo en cuenta el patrimonio aprovechable de cada una», detalla Valdés Rojas.

A un ritmo de unos 13 camiones por día, la Empresa Agroforestal Guanahacabibes tiene un papel protagónico en esta labor.

El máster en Ciencias Carlos Carballo Chirino, su director, explica que ello no solo se debe al enorme volumen para entregar, sino al potencial de sus bosques para el aporte de horcones, que son los elementos de mayor dimensión.

En lo que va de año, de Guanahacabibes han salido 88 000 piezas de madera de los distintos surtidos para la construcción de casas de cura y, además, decenas de miles de cujes para el ensarte y de postes para el tabaco tapado.

Su Director asegura que unos 190 hombres, repartidos en 12 brigadas, asumen la dura tarea de talar los árboles y acarrearlos hasta los depósitos.

Consciente de que se trata de una carrera contra el tiempo, comenta que, de conjunto con la Empresa de Transporte Agropecuario del Grupo Tabacuba, los fines de semana se organizan «operativos» en los que se concentran las grúas, y con los camiones de ambas entidades se incrementa el tiro de madera.

«Ponemos, por ejemplo, tres grúas y cargamos unos veinte camiones el sábado y otros tantos el domingo, para poder adelantar», detalla Caraballo.

Para la empresa bajo su mando, ello implica hacer mucho más que en tiempos «normales».

«En comparación con otros años, el plan es muy superior. El mantenimiento de las construcciones tabacaleras siempre ha demandado madera, pero en menor cuantía. Sin embargo, ante un desastre como el que nos ocurrió, se multiplican las necesidades», afirmó.

Por ello, la alianza con Tabacuba ha incluido también el aporte de útiles para el corte, neumáticos y otros recursos que ayuden a las entidades forestales a enfrentar una tarea de tanta envergadura.

«Entre los dos sectores nos hemos encadenado para poder garantizar esta cantidad de madera, en tan poco tiempo».

Desde otras empresas forestales del país se ha recibido la solidaridad de brigadas y equipos para el corte.

El director de la UEB Talleres e Industria precisa que a Vueltabajo han llegado fuerzas de todas las regiones de Cuba, para apoyar la tala, las cuales han contribuido, además, a la construcción de casas de tabaco.

A un año del paso de Ian, y en medio de las tensiones para garantizar, antes del cierre de enero, la madera de las construcciones necesarias para secar las hojas de la actual cosecha tabacalera, el funcionario reafirma que los bosques de la provincia están en condiciones de asumir la recuperación.

No se trata de un hecho fortuito, sino del resultado de la política de reforestación aplicada durante décadas, que establece que lo que se corte se vuelva a sembrar, para la sostenibilidad de las plantaciones forestales donde hoy se libra la campaña de las motosierras.



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Por: Ronald Suárez Rivas / https://www.granma.cu27/11/2023

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