La Apicultura encamina la reforestación de plantas melíferas
Con el vivero tecnificado abierto en Pitajones, Trinidad, se abre un programa de trabajo en Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey para estabilizar las floraciones en los emplazamientos de los apiarios y respaldar la producción de miel de forma lineal
2 de septiembre 2024
Sortear la falta de floraciones estables en los tradicionales emplazamientos de los apiarios se identifica como uno de los principales campos de trabajo en la Apicultura para respaldar la producción de miel de forma lineal, lo que debe revertirse en incrementos productivos e implica modificar el típico esquema que concentra los mayores aportes en dos momentos del año.
Se sabe que la reforestación practicada tradicionalmente ha estado más enfocada hacia el incremento de bosques, la obtención de madera y la protección del medio ambiente y los recursos hídricos que a favorecer el entorno de floración en función de la abeja; aunque la actividad apícola aprovecha también esos nuevos escenarios forestales. Tal vez el punto más débil en la compleja y técnica cadena productiva de la miel se localiza en la falta de floraciones, sobre todo en los espacios donde se emplazan habitualmente las colmenas.
Amaury Santander Hernández, director de la Unidad Empresarial de Base Apícola Sancti Spíritus, declaró a Escambray que por primera vez la rama apícola encamina un programa de reforestación propio, con tecnología moderna y dirigida a lograr un impacto en los ecosistemas y en la producción de miel. “Lo más novedoso que tiene es que contamos con un vivero en la zona de Pitajones, en Trinidad, para fomentar plantas de mediano y alto portes, cuyas flores son reconocidas en la ruta de la miel, que tiene capacidad de producir 325 000 plantas en un año, las que estarán destinadas a respaldar la reforestación en las provincias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey”, detalló.
“El esquema parte —dijo— de estudios a través de los Institutos de Suelos y Geografía que permitieron tener geolocalizados los apiarios y donde podemos realizar la reforestación; también trabajamos con el inventario que hace el apicultor en la época del año en que no tiene flores para coger miel. A partir de esas informaciones se comenzará a planificar en el vivero la reforestación de un año para otro, programa que abarca 35 especies de plantas melíferas con diferentes usos: frutales, maderables, de utilidad en la ganadería y también ornamentales”.
Detalló Santander Hernández que la plantación en los terrenos será asumida por los productores, en tanto el vivero de plantas melíferas, edificado a través de un crédito de la Agencia Francesa de Desarrollo, tiene todas las condiciones tecnológicas, riego automatizado, es ecológico y garantiza posturas de calidad. “Para la Apicultura este vivero con la introducción de la ciencia es una herramienta que acelera el proceso de reforestación y de soberanía de la miel, a la vez que transformará las condiciones del productor para asegurar en su área plantas melíferas”, expresó.
“La intención es introducir las especies en los meses que es baja la cosecha de miel —febrero-abril y julio-agosto— para estabilizar floraciones, lograr partidas de miel de consideración en los 12 meses, con la proyección de alcanzar en pocos años el potencial productivo calculado en el territorio: unas 1 120 toneladas; este año el plan asciende a 700 toneladas”.
Añadió que para llegar a ese potencial es necesario llevar la reforestación a cerca del 40 por ciento de las áreas que habitualmente se usan en función de la Apicultura.