Imprescindible hacer producir la tierra
Por: Wiltse Javier Peña Hijuelos (Tomado del Periódico Victoria)
Detrás de la piscina de Micro 70 está el edificio 9; allí, en la escalera 5323, apartamento 10, vive una pareja de serranos que hacen brotar la maravilla no del barro sino de la capa vegetal. Sindo Aldana Santana nació entre nubes, en Minas de Frío, donde “chifla el mono” todo el año; su esposa, Mercedes Reina Martínez, lo hizo en Cienaguilla, un poco más abajo, donde comienza la trepada a la Sierra Maestra.
Ambos cultivan su parcela desde 1993, “cuando Fidel –recuerda Sindo– dijo que los patios no podían estar sin sembrar, porque era imprescindible hacer producir la tierra”.
“Y todo crece con fuerza, aunque el área sea pequeña, porque lo hacemos con amor, no solo a las plantas sino entre nosotros –apunta Mercedes y agrega su receta familiar–: Si no hay unión las cosas no funcionan. Amor, comprensión y buenas relaciones… ahí están las claves para salir adelante”.
Y a esa tierra, la misma a lo largo de casi 30 años, la alimentan, además, con abono orgánico –desechos de cosecha convertidos en compost o biotierra– porque, concuerdan ambos, “enriquecerla es la mejor forma para que no pierda fertilidad; ese alimento y el agua a tiempo… ¡es dar vida a las plantas!”
Todo allí está sembrado, ahora con las hortalizas propias de la estación: lechuga, ajo porro, acelga, tomate y plantas medicinales. El relevo, en el vivero: “Siempre dejo algunas plantas –indica Sindo–, de las que se desarrollaron mejor, para coger las semillas y que no me falten. Nací cafetalero, la agricultura se me metió en la sangre aquí, cuando por dos años integré el batallón del Partido en 1993. Trabajábamos día y noche, ¡éramos incansables! Por eso surgió esta parcela, idea de Fidel”.
Otros artículos del autor:
- Gracias a Fidel, por habernos dado esta Revolución
- ¿Qué hay con el incinerador de restos óseos?
- De damnificados a dignificados
- Nueva Gerona, capital de calles rectas
- Este golondrino sí compone un verano