Guantanameras con voluntad de producir
Por: Mayliovys Del Toro Terrero // Fotos: Leonel Escalona Furones/Venceremos
7 de octubre 2024
El sol apenas muestra su resplandor en los sembradíos del Consejo Popular de Sempré, en el municipio de El Salvador, y un centenar de guantanameras ya trabajan en la finca La Esperanza, de ese territorio.
Convocadas por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) para impulsar la producción de alimentos han llegado de diversos lugares del municipio: Palizá, Mariñán, Perseverancia, San José…
Adelaida Acosta de la Cruz, dueña de la finca donde comienzan a trabajar las voluntarias, agradece la colaboración, y reconoce la importancia de ese trabajo que imbrica a más federadas en las labores agrícolas.
“Hoy en casa todos hemos madrugado, desde las 2:00 de la mañana estamos preparando merienda, caldosa…, porque hay que atender a quienes vienen a ayudarnos para echar a andar este nuevo ciclo productivo de La Esperanza”, explica.
La finca tiene tres hectáreas dedicadas, en su mayoría, a los cultivos varios, pero en el patio también pululan gallinas, guanajos, conejos y cerdos, una crianza que les asegura el abastecimiento familiar.
Normalmente, Adelaida trabaja junto a su esposo e hijo, pero en esta jornada hay una nueva fuerza, y el fruto se percibe en el campo. Allá las “voluntarias” quitan la maleza, recogen boniato, remueven la tierra, y en medio del bullicio una voz marca la diferencia:
¡Aparta, Canario! ¡Sube, Vencedor!
Es la joven Idailis Vidal Trimiño “guiando” una yunta de bueyes que ara la tierra.
“Soy hija de trabajadores agrícolas, me crié, como decimos los campesinos, entre las patas de los caballos y los toros”, agrega mientras detiene su faena un momento, “me gusta mucho este trabajo con las reses y las cuido como a mi familia. Estos bueyes no son los míos, sino los de los dueños de la finca, pero los manejo bien, porque es algo que hago a menudo, además, Canario y Vencedor son muy dóciles”, dice mientras acaricia el lomo de uno de los animales.
“Mi padre es Roberto Vidal, un productor muy reconocido en el municipio de El Salvador, y me enseñó a ser independiente, a tener mi propio sustento, a trabajar honradamente.
“Yo tengo 13 hectáreas en San José, todas sembradas; cinco con yuca, y el resto de maíz, además de un poquito de boniato, que estará en producción para el mes de diciembre, y aunque tengo mucho por hacer en casa vine para apoyar a la comadre Adelaida, que tiene un alma ‘hermosa’ y merece toda nuestra ayuda”, explica.
Madre de dos niños, trabajadora social por más de seis años en San José, la misma comunidad donde creció, y graduada en la carrera de Sicología, Idailis asegura que trabajar en el campo no es tan difícil como muchos piensan.
“Lo duro es ver a personas sin trabajar, cuando se necesitan tantos brazos para producir alimentos.
“Yo pongo siempre en práctica el concepto de Revolución de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro, y en ese sentido del momento histórico de hoy, está la necesidad de sembrar más y cosechar, que nosotros seamos capaces de autosustentarnos, con nuestros propios esfuerzos, sin tener que esperar que nadie nos traiga nada, o tener que comprarlos.
Ejemplifica cómo ella, poseedora de una sola vaca de ordeño, es capaz de suplir la necesidad de leche de los cinco niños pequeños de su familia para que no tengan que acogerse a la que brinda el Estado, y eso aunque parezca algo simple, son cinco litros que se les puede entregar a otros niños.
Con sombrero y botas de agua, maquillada y con sus uñas pintadas, además de unas finísimas trenzas, Vidal Trimiño resplandece como flor silvestre en el paisaje campestre de la finca La Esperanza.
“Las campesinas marcamos la diferencia, como ve periodista el hecho de trabajar en el campo no significa estar desaliñadas o desarregladas. Las mujeres, donde sea que trabajen, siempre tienen que mantenerse atractivas, porque somos bellas por naturaleza”, alega sonriente.
Considera que nunca les debe faltar a una mujer la decisión y valor para salir adelante, “para las cubanas nada es imposible, somos emprendedoras, siempre encontramos la solución a todo, y las de Sempré nos propusimos incrementar la producción de alimentos y para eso trabajamos”, asegura.
El compromiso es de Sempré
Elisa Brook Nápoles, presidenta del Consejo Popular de Sempré, y delegada de la Circunscripción número 15, precisa que las convocatorias a trabajos productivos son actividades cotidianas en esa localidad.
“Aquí puede encontrar amplias movilizaciones de personas no solo en picos de cosecha, sino también para colaborar entre los productores, o en apoyo a la construcción del acueducto, uno de nuestros mayores proyectos para solucionar los problemas del abastecimiento del agua, que hemos debido llevar en carros cisternas, últimamente.
“Las mujeres somos el motor impulsor en cada actividad, pero el trabajo es en equipo, y participan hasta en los parajes más recónditos jóvenes, amas de casa, trabajadores, la FMC, los CDR… todos juntos para incentivar la producción de alimentos y resolver esos problemas cotidianos que tanto nos afectan a muchos”.
Explica que el Consejo Popular estuvo entre los primeros en el municipio en cumplir con la entrega de leche fresca para los niños; directamente de los productores a las cuatro bodegas de la localidad, una tarea priorizada y que chequean semanalmente.
“Es una actividad muy sensible, que cuenta con el total apoyo de todos los factores y, sobre todo, el compromiso de los ganaderos, quienes utilizan sus medios de tracción animal para traerla y entregarla sin contratiempos”, detalla.
De esa encomiable labor habla también Alexánder Salas Rivero, presidente de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Pedro Agustín Pérez, en el Consejo Popular, al reconocer a los cooperativistas que desde la madrugada están en el ordeño del rebaño para que llegue en horas tempranas el alimento de los pequeños.
“Tenemos 18 campesinos ganaderos, de ellos, seis vinculados directamente a la entrega de la leche a la bodega. En otros años ya habíamos realizado este tipo de trabajo, por lo que no es nada nuevo para los campesinos.
“Realizamos un fuerte trabajo para cumplir, además, los compromisos de leche y carne bovina con la industria, y para ello son vitales esas productoras destacadas, que como dijo Martí robustecen las campañas de los pueblos cuando se alista el corazón de la mujer. En la CCS tenemos ocho cooperativistas, de ellas, dos dedicadas a la producción de leche, y el resto a cultivos varios. Todas excepcionales”, agrega.
El reto de la familia campesina, dice, sigue siendo la producción, la siembra de productos de ciclo corto, la reanimación de los suelos, el enfrentamiento al hurto y sacrificio de ganado mayor, un mal que será eliminado con nuestra combatividad y la aplicación de leyes más severas para quienes quieren enriquecerse del trabajo de otros, asegura.
Entrega
Adilis Noris Torres Hernández, secretaria en funciones de la FMC, en Guantánamo, significa que es una prioridad para la organización explotar las potencialidades de la provincia y alentar a las productoras a continuar con sus emprendimientos.
“En el territorio se han realizado encuentros entre campesinas de diferentes municipios, y ello ha permitido socializar buenas prácticas del trabajo agrícola para potenciar la producción de alimentos”, refiere.
Añade que esos espacios promueven el empoderamiento femenino, uno de los lineamientos del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, al mostrar el bienestar de las productoras y el impacto de su labor en la economía de las localidades donde residen.
“Recientemente participamos en el Encuentro regional de mujeres productoras del oriente del país, en Bayamo, Granma, que permitió conocer la labor de otras federadas vinculadas a la agricultura.
“Participaron delegaciones de las cinco provincias orientales, y la nuestra fue una de las más aplaudidas en el evento. Además de las experiencias presentadas se suscitaron importantes debates relacionados con los desafíos y proyecciones, que asumen las mujeres en su quehacer agropecuario.
“Las guantanameras constituyen un pilar importante en la producción de alimentos, y lo hacen desde las Brigadas FMC-ANAP existentes en todos los municipios vinculadas a la siembra y la recolección de cultivos varios, además del aporte a las contiendas cafetalera y cañera”, detalla.
“También contribuyen al Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, pues desde los propios hogares en sus patios, parcelas y jardines realizan sus aportes, pero aún debemos hacer más, por eso en la provincia continuamos el proceso de entrega de tierras en usufructo, que responde a los acuerdos del XI Congreso de la FMC realizado este año, y seguimos sumando mujeres en un sector históricamente dominado por los hombres”, concluye.