Frutas cítricas, reinas de la farmacopea popular
Entre tantos nombres, la nuestra pudo recibir -en su momento- el de Isla de los Cítricos, aunque fuera solo uno de ellos, la toronja, su mayor representante. Sin embargo, no estamos muy al tanto de cómo la vitamina que los caracteriza, la C, influye sobre nuestro organismo. Repasemos entonces algunas de sus propiedades antes de llevarlas, como plantas, a nuestros huertos y parcelas.
Esta vitamina favorece el sistema inmunológico, el desarrollo de huesos y dientes, estimula el crecimiento, baja la tensión arterial y disminuye la glicemia. Al mismo tiempo, es necesaria para la absorción del hierro, ayuda a prevenir las encías que sangran y resulta un potente desinfectante natural.
Está muy presente en las frutas que siguen:
Lima
La lima -que tan poco cultivamos en nuestra isla- es el más ácido de los cítricos y aunque contiene más vitaminas C que la toronja posee ligeramente menos que la naranja o el limón. Es rica en bioflavonoides y juega un papel importante en la eliminación de toxinas. Muy eficaz contra la tos, el dolor de garganta y todos los síntomas habituales de la gripe.
Su riqueza en vitamina C, beta caroteno y bioflavonoides convierten a esta fruta en un alimento recomendado para la prevención del cáncer. Contiene pequeñas cantidades de vitamina E y casi todas las del complejo B. Buena contra las encías doloridas, así como para prevenir o combatir resfriados. Excelente, contra los problemas circulatorios o las venas varicosas, también previene el escorbuto.
Mandarina
Aporta cantidades importantes de vitamina C y provitamina A. Proporciona flavonoides que refuerzan la acción de la vitamina C, protege de la acción degenerativa y cancerígena de los radicales libres y desintoxican el organismo.
La mandarina contiene más azúcar y menos ácido que la naranja. Es buena fuente de vitaminas B y C, así como de bioflavonoides, fósforo y zinc. Al igual que la naranja, puede ayudar a combatir resfriados. Resulta muy aconsejable para quienes padecen debilidad cardíaca o desean fortalecer sus vasos sanguíneos.
Mango
Cuando el mango se encuentra en su esplendor, es decir, en plena madurez, ofrece gran cantidad de vitaminas A y C, que actúan sobre las células y las membranas mucosas e imprimen al cuerpo una sensación de vitalidad. Otro nutriente que se destaca en esta fruta es el complejo vitamínico B. Interviene en procesos como la respiración celular, el sueño y el sistema nervioso. Provee energía y ayuda al organismo en su lucha contra el estrés.
El mango resulta excelente para problemas de la piel y las convalecencias. Fuente notable de antioxidantes. El ácido patoténico que contiene (vitamina B5) regula el metabolismo de los hidratos de carbono tanto como de los aminoácidos contribuyendo a la mejor asimilación de estos alimentos.
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