Frei Betto exhorta a una mayor educación nutricional como clave para el logro de la soberanía alimentaria en Cuba
Por: Grupo web del MINAG
Un resumen actualizado de la implementación del Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional en Cuba (SAN), presentado por Elizabeth Peña Turruellas, directora de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar del Ministerio de la Agricultura, fue el inicio de un intercambio, el pasado viernes, entre el escritor y educador popular brasileño, Frei Betto, con miembros de la Comisión Nacional de dicho Plan, asociaciones, organizaciones de masas, representantes del sistema de Colaboración y del sistema de las Naciones Unidas, entre otros.
Presidido por Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de Cuba; Ydael Jesús Pérez Brito, ministro de la Agricultura; Marcelo Resende, representante de la FAO en el país; Juan Garay, ministro consejero y jefe de Cooperación de la Delegación de la Unión Europea en Cuba y el director de Asuntos Internacionales, Orlando Díaz Rodríguez, el encuentro revisó los avances y los retos presentes y futuros del Plan SAN, poniendo énfasis en una mayor intersectorialidad, el autoabastecimiento local y sobre todo, en la importancia de la educación nutricional en cada casa y en cada barrio, para el logro de la verdadera soberanía alimentaria.
En el debate, Tapia Fonseca destacó la importancia de pasar a la acción inmediata y una dinámica más rápida en la ejecución del Plan, perfeccionando el trabajo a partir de la medición de indicadores específicos, con evaluaciones más sistemáticas que permitan hacer balances en tiempos más cortos.
“Lo que nos falta por hacer es mucho más que lo que hemos logrado, porque el Plan de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional se ve en el plato de cada familia, aseveró, argumentando que todavía los niveles de importación de alimentos en el país son elevados y que es prioridad responder, desde el desarrollo local, a la necesidad de incrementar la producción alimentaria.
Elizabeth Peña Turruellas, también coordinadora del Plan, precisó que el mismo ha llegado a los 168 municipios del país y que han sido creadas comisiones provinciales y municipales integradas por los actores involucrados en los Sistemas Alimentarios Locales, las cuales han elaborado planes de acción municipales que deben ahora ser monitoreados.
Explicó Peña Turruellas que las dos últimas semanas fueron impartidos talleres de formación de formadores, con la participación de Frei Betto, actividad que es parte del cronograma de trabajo del Plan en su tercera fase, con el objetivo de fortalecer capacidades desde la comunicación y la movilización de actores clave en las comunidades.
Estos talleres, que tendrán una segunda convocatoria en febrero del 2022, fueron impartidos de manera virtual a 2 mil 648 participantes matriculados, a través de 138 puntos de conexión, con la colaboración del Centro Martin Luther King y cuya coordinación —destacó— estuvo a cargo de la Escuela Ramal del MINAG (ERMA) y el apoyo de las gobernanzas provinciales y municipales.
De acuerdo con Peña Turruellas, uno de los pasos más importantes será la aprobación de la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional y su Reglamento, prevista para 2022 según el Cronograma Legislativo del país.
Una intervención de Marcelo Resende, indicó que el Plan SAN tiene tres desafíos en el momento actual, entre ellos la necesidad de movilizar recursos, de lograr responder desde cada uno de los ministerios a la necesaria intersectorialidad, y fortalecer la comunicación y el protagonismo de los actores locales, en el marco del desarrollo local y la descentralización.
La reunión tuvo, además, el privilegio de contar con la presencia y las palabras de Frei Betto, quien ha acompañado a este plan de Estado desde sus inicios y que aprovechó la oportunidad para insistir en la necesidad en la educación nutricional desde edades tempranas y que llegue a cada ciudadano en cada localidad.
Betto señaló la necesidad de aprovechar más los recursos que tenemos a mano y que, por desconocimiento u olvido, no se utilizan, pues muchos de estos aspectos podrían mejorar considerablemente la alimentación, pero no se aprovecha la sabiduría popular y las tecnologías antiguas, que hoy serían muy efectivas.
Al respecto, dijo que el agua de lluvia— por ejemplo— es el agua más potable que existe después de un minuto de precipitación, esta agua, que es además absolutamente gratuita, la dejamos correr y luego hervimos el agua para beber, gastando recursos energéticos y dinero, sin necesidad.
Observó también, que las formas de preparar los alimentos y los productos con que se hacen también influyen en la inseguridad alimentaria, asegurando que muchísimos problemas se podrían resolver con una efectiva educación nutricional al pueblo.
Llamó la atención, igualmente, acerca de los desperdicios de alimentos, y de la necesidad de detener la migración del campo a la ciudad rescatando la autoestima de los campesinos.
Propuso, asimismo, que su Cartilla Popular fuera ampliamente difundida, pues va dirigida al pueblo y que debe llegar a cada rincón y ser leída y discutida de manera grupal para una mayor comprensión y asimilación. “Si nos movilizamos, en 4 años se pueden recoger los frutos de este trabajo”, aseveró.
El Plan SAN busca la disminución de la dependencia de las importaciones de alimentos e insumos; garantizar la calidad e inocuidad y disminución de las pérdidas y desperdicios de alimentos; consolidar los sistemas alimentarios locales; así como movilizar los sistemas educacionales, de la cultura y de la comunicación para fortalecer la educación alimentaria y nutricional en el país.
Fue aprobado en julio de 2020 por el Consejo de Ministros y su formulación contó con la participación popular y la asistencia técnica de FAO en el marco del Programa FIRST (financiado por la UE), el Plan es el primero de su tipo en la historia de Cuba.


