Por: Granma

Impulsar el desarrollo de la ganadería cubana –con el incremento de la producción de leche y carne– es un asunto estratégico que demanda de soluciones propias para disminuir la dependencia de las importaciones que tiene la Mayor de las Antillas, cuyos gastos anuales ascienden a unos 550 millones de dólares solo en la compra de piensos o materias primas para alimento animal.

En respuesta, especialistas de la Empresa Agropecuaria Bayamo, de conjunto con el Instituto de Investigaciones de Pastos y Forrajes, adscrito al Grupo Empresarial Ganadero, realizaron un estudio que demuestra el alto valor nutricional de las formulaciones de un pienso criollo obtenido a partir de la utilización de la moringa.

«El gestor de este proyecto es nuestro Comandante en Jefe, que avizoró, desde el año 2011, la importancia de emplear pienso nacional con el uso de plantas proteicas, en este caso la moringa oleifera lam, considerada una valiosa fuente de alimentación animal», comentó a Granma Danelys Collejo Milanés, directora de la unidad empresarial de base (UEB) Producción de Alimento Animal, ubicada en la comunidad bayamesa de Molino Rojo, donde se realizó parte de la investigación.

«Con este pienso que elaboramos en la propia planta de la ueb, empleando algunas partes de la moringa, como las semillas y fundas, buscábamos satisfacer las necesidades nutricionales de los animales, pero realmente los resultados superaron nuestras expectativas, al lograr un alto aporte de nutrientes, especialmente de proteínas, de hasta un 28 %», añadió la ingeniera agrónoma.

Dijo que esta formulación –aplicada en la propia ueb y en la vaquería de la cooperativa Francisco Suárez Soa– impactó rápido en el incremento de la producción de leche, y en el aumento del peso –hasta 700 gramos por día– de ejemplares de la ceba terminal.

El estudio especifica que el costo de producción de una tonelada de pienso criollo, enriquecido con el uso de plantas proteicas, es de 561 cup; mientras que el elaborado con materias primas de importación asciende a 1 500 cup.

«Demostramos científicamente que este pienso es viable, y que es posible desarrollarlo. El desafío es sostener la producción y emplearlo a gran escala», apuntó el también integrante del proyecto, el ingeniero Rodolfo Brito Serejido, quien dijo que, para ello, Cuba cuenta con la planta de moringa como forraje, dispone de abonos y biofertilizantes propios para su cultivo, y tiene, en varias provincias, la industria para el procesamiento de la harina.



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