El arte de multiplicar la vida
La biofábrica camagüeyana tiene entre sus proyectos más inmediatos comenzar la multiplicación de vitroplantas de papa |
Camagüey.–Bisturís en mano, hombres y mujeres consagrados a su trabajo y respaldados por la ciencia parecen hacer magia en la biofábrica, perteneciente a la unidad empresarial de base (UEB) Semillas Camagüey. Multiplican y multiplican hasta lograr un encadenamiento productivo que les ha permitido, en casi 33 años, realizar un total de siete millones de vitroplantas de plátano.
Aquí se han clonado las variedades más productivas y resistentes, de acuerdo con la estrategia agrícola del país: Burro cemsa, Gran Enano, Pelipita, FHIA-03, SH-3436 y FHIA-01V1.
Actualmente trabajan en el FHIA-18, el Pisang Ceilán y el clon Minivitro 2007. Este último es un logro camagüeyano, de porte bajo, derivado del FHIA-18, y ya augura buenos resultados.
Además, este centro ha producido, por medio de la biotecnología vegetal, más de cinco millones de vitroplantas de caña de azúcar, 60 000 de piña, 21 000 de malanga, así como otras producciones menores de algunos cultivos de consumo y ornamentales.
El récord productivo de la entidad se alcanzó en 1992, con 1 654 000 vitroplantas de plátano. Hoy no andan por esos números, pero buscan estabilizar una producción que les permita cubrir la demanda.
La idea fue de Fidel –recuerdan sus fundadores–. La lanzó el 26 de julio de 1989, y un año y medio después, en diciembre de 1990, la biofábrica quedaba lista. Su misión fue clara desde el primer momento, hoy siguen produciendo vitroplantas de especies y variedades valiosas para el fomento de las áreas productivas de cultivos varios, posturas de frutales, hortalizas y plantas ornamentales.
UN PROCESO CON MUCHOS ACTORES
El punto inicial está fuera de los laboratorios: un obrero agrícola, machete en mano y con un poco de arte también, deja del tronco de la mata lo que verdaderamente importa, donde está la información genética que luego se va a multiplicar. De un pedacito de tronco saldrán, en ocho meses, cientos de posturas listas para sembrar.
Otro punto esencial antes de llegar al laboratorio es la esterilización de los potes que van al proceso productivo, lo cual garantiza que no se introduzcan plagas en el proceso, que después puedan echar a perder grandes producciones; como sucedió el año pasado con una contaminación que rompió el ciclo y afectó, incluso, parte de las de este calendario.
«Aquí se trabaja con el rigor de un laboratorio. Dentro del área aséptica se necesitan insumos como guantes y ropa estéril, que en los últimos meses se ha hecho muy difícil adquirir, y eso atenta contra las producciones; no obstante, buscamos variantes, y hoy tenemos material para cumplir el plan», explicó a Granma el ingeniero agrónomo Orlando Álvarez Téllez, director de la UEB Semillas Camagüey.
El medio de cultivo artificial tiene todo cuanto necesita la planta para desarrollarse, dijo Lizy Corella Marrero, especialista del área de Medios de Cultivo. «Lleva una base de sales inorgánicas y carbohidratos, con la adición de hormonas vegetales, que permiten dirigir el desarrollo de las yemas de acuerdo con la fase en que se encuentren, sea establecimiento, multiplicación o enraizamiento», añadió la especialista, que lleva 31 años en la biofábrica.
«Las ventajas de las vitroplantas son muchas, pues dan la posibilidad de multiplicar especies que naturalmente tienen muy poca capacidad para hacerlo. De una planta madre de plátano solo se pueden obtener hasta cuatro propágulos en un año; sin embargo, por la micropropagación, es posible obtener entre 3 000 y 5 000 posturas a partir de una planta madre», refirió Bernardo Varona Socarrás, quien es actualmente el jefe de Mantenimiento y uno de los que más experiencia tiene en ese mundo, pues quedan pocas áreas en la entidad por las que no haya pasado.
La multiplicación ocurre mediante el fenómeno de la organogénesis, indicó Nelson Vega Rubio, ingeniero agrónomo y director de la entidad. «Este proceso consiste en la generación inducida de yemas axilares, seguida de su individualización para que comiencen un nuevo ciclo de vida».
Hoy, las vitroplantas de plátano que salen de la biofábrica camagüeyana tienen como principal destino la empresa avileña La Cuba, y la agricultura local. Las posturas de la variedad Gran Enano son reconocidas nacionalmente por su alta calidad genética, y están avaladas por la norma de calidad iso 9001-2015, que garantiza una certificación en la trazabilidad del producto.
MULTIPLICAR HORIZONTES NUEVOS
La biofábrica camagüeyana tiene entre sus proyectos más inmediatos comenzar la multiplicación de vitroplantas de papa. Esto lleva mayor rigor, nuevas técnicas y nuevos conocimientos, agregó Varona Socarrás, quien tiene a su cargo la preparación del área que se dedicará a los nuevos empeños.
«La papa tiene sus especificidades. La temperatura y la iluminación son claves en el proceso, por lo que estamos preparando una cámara de adaptación con las condiciones que exige este producto, con un sistema de aire que nos permita sostener la temperatura estable entre 18 y 20 grados Celsius, y un circuito que elaboramos para que, automáticamente, encienda la luz durante 16 horas, y la apague durante ocho horas».
La técnica es similar pero no es igual, especifica el especialista. «La papa tiene la capacidad de reproducir la trenza de su reserva, se divide y se siembra en el medio de cultivo por alrededor de 30 días, y repites la división. Ella sigue echando la trenza. Estamos calculando que, por el coeficiente de multiplicación de una, podamos sacar entre cuatro y cinco divisiones. Luego vendría la fase de endurecimiento por 15 días, y ganamos tiempo, porque no lleva la fase en que echa raíz. Después va a la casa de siembra por cuatro meses, y de allí sale la semilla precategorizada».
El profesor, como muchos le dicen allí, añadió que está muy confiado en los resultados, porque la papa es una planta muy noble in vitro. Solo lleva productos básicos y con alta capacidad de adaptación.
Como beneficios, resaltó la obtención de una semilla nacional que el país no tendrá que importar. La variedad que se multiplicará se comporta muy bien en el clima cubano.
Otro de los planes que tienen es convertir la biofábrica en una mipyme estatal, con el objetivo de que tenga mayor autonomía, y los trabajadores obtengan mayor beneficio de las producciones y las ventas que se realicen.
EX VITRO, DONDE SE DEFINE TODO
En este tipo de industria todos son esenciales para que funcione como un reloj: desde los que preparan el medio de cultivo, los que se encargan de la selección, tratamiento e introducción de las cepas, los del área aséptica, que se pasan horas y horas multiplicándolas, hasta quienes tienen la misión de la adaptación de las vitroplantas al ambiente natural (ex vitro). Si falla alguien, pudiera perderse todo un año de trabajo.
Hasta esta fase ha llegado la inventiva. Ante la falta de cajuelas diseñadas para la adaptación, lo están haciendo directamente en los canteros, y eso significa mayor responsabilidad para obreros como Yaisel Batista Sánchez, que hasta ese momento solamente se encargaba de las verduras de autoconsumo del comedor, y ahora está implicado en el proceso productivo.
Otros tres obreros agrícolas están presentes en la fase de adaptación, y posteriormente en la siembra para la venta. Yariel Sarduis Fuentes es uno de ellos, y sabe lo importante que es su trabajo, que pudiera parecer el más rudo, pero tiene su técnica también.
Entre viejos y nuevos proyectos, con mucha ciencia detrás, la biofábrica camagüeyana busca encadenar los procesos y cerrar el ciclo verdaderamente; lo que traería productos más resistentes, de mayor calidad y con mayores niveles de rendimiento.
Diversificar las producciones de la biofábrica sería otra manera de aportarles posturas de calidad a los campos cubanos, que mucho lo necesitan, para que se reviertan en mejores cosechas.