De la granja a la canasta familiar normada: ¿Qué está pasando con la producción de huevos en Cuba?
Por: Thalía Fuentes Puebla,
La cría de gallinas en la granja automatizada UEB 28 de enero, en Pinar del Río, funciona como un engranaje perfectamente sincronizado. La nave –cuya temperatura oscila entre los 22 y 27 grados Celsius– alberga 61 144 animales. La alimentación, ventilación y recogida de los huevos y excrementos se controla a través de una computadora central.
Según declaró Carlos Rodríguez, director de la granja, se producen diariamente 49 000 huevos, pero pueden llegar a los 55 000. “El por ciento de puesta actual es de 82, de un 79 planificado. En los próximos días debemos seguir avanzando hasta llegar a un 93”.
Si bien esta granja, una de las dos de su tipo en Cuba, muestra altos niveles de eficiencia, los números en la provincia más occidental del país descienden cuando se contabilizan los resultados de las 30 unidades empresariales de base vinculadas a la producción, de las 36 que pertenecen a la Empresa Avícola Pinar del Río. El territorio tiene un 62 % de puesta diaria.
No obstante, además de las granjas con gallinas ponedoras, el sistema productivo avícola funciona como un todo integrado y cada una de las etapas de cría ha tenido sus contratiempos.
La UEB Miguel Cabañas Perojo, cuyo propósito es el inicio y reemplazo del productor ligero, quedó devastada luego del paso del huracán Ian por el territorio pinareño en septiembre de 2022. Aunque se realizó el traslado de los animales antes de la llegada del fenómeno meteorológico, se perdieron alrededor de 4 000 gallinas. De 11 naves, solo quedó una en pie. Actualmente, tienen 53 181 aves con un promedio de 35 días, de ellas 47 206 hembras y 5 985 machos.
“Se están aplicando todas las normas de bioseguridad y manejo para terminar la crianza y entregársela al reproductor”, aseguró a Cubadebate Esther Lidia Barroso Puentes, directora de la UEB. |
Por su parte, en la granja UEB Turcios Lima hay más de 35 000 gallinas entre 35 y 40 días. Osgüaldi Gil Milian, director de la unidad, dijo que hasta el momento no han tenido dificultades con el pienso, pero sí con la yacija o camada que se hace a partir de la cáscara de arroz. Actualmente la traen desde Sancti Spíritus porque el territorio pinareño no logra satisfacer la demanda de este producto, y otras opciones como la zeolita o la viruta de madera son muy costosas.
Rolando Duarte Velázquez, técnico de la Turcios Lima, explicó que la causa principal de las muertes hasta el momento se deben a un problema carencial de vitaminas y enterobacterias, pero ya se les aplicaron al resto de las crías los medicamentos necesarios.
Gladys Agüado Valdés, directora de la Empresa Avícola de Pinar del Río, refirió que, además de los problemas anteriores y la situación con el combustible, actualmente se trabaja con bajas coberturas para la alimentación de las aves. “Los insumos de la avicultura son muy específicos. Cuando un animal no recibe la cuota de alimentación de forma diaria, afecta el por ciento de puesta y su desarrollo”.
¿Cuál es la situación actual del país?
“La producción avícola en estos momentos en Cuba está al 50 por ciento de las capacidades, tanto en la cantidad de animales como de producción”, aseguró a Cubadebate Jorge Luis Parapar López, presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves (Gealav).
Según el directivo, como la producción de huevos forma parte de la canasta básica, también se ve afectada por la situación económica que atraviesa el país y los impactos del bloqueo que incide directamente en todas las esferas de la producción nacional. El costo de producción del huevo oscila entre 5.60 y seis pesos y se vende a la población a 2.08, diferencia que provoca pérdidas millonarias a la empresa.
“Todo el programa avícola es prácticamente financiado por el Estado. El mayor por ciento de la producción se destina a la canasta básica y al consumo social, y una mínima parte va para el turismo”, refirió Parapar López. |
En esta misma línea, explicó que el 99 % de las materias primas que se usan para la elaboración de los piensos (destinados también a la producción porcina) son importadas, como el maíz y la soya.
Aunque en Cuba se está produciendo maíz, se aportan niveles bajos para los piensos, y los agricultores prefieren venderlo tierno para el consumo de la población. Además, para cultivar los niveles que necesita el país de este grano, se necesitarían combustible, semillas transgénicas, fertilizantes, plaguicidas y tecnología de punta con la que no se cuenta en estos momentos.
“Diariamente producimos entre 900 y 1 000 toneladas de pienso con la materia prima importada, y se precisarían de 1 500 a 1 600 t diarias si tuviéramos todos los animales que lleva el programa. Así podríamos satisfacer la demanda y tener 10 o 15 huevos mensuales por consumidor como antes”, comentó el presidente de Gealav.
El programa de la avicultura, agregó Parapar, fue diseñado por Fidel como un combinado que parte de la producción de piensos y termina cuando se entrega el huevo en la bodega.
“Es un proceso integral: llega el barco, se saca la materia prima, se lleva para la fábrica, se produce el pienso, se traslada a la unidad avícola, se obtiene el huevo y se entrega a la población. También llevamos la reserva estatal de los granos, y cuando sacamos de los barcos la mercancía, hay que volver a llenar esos silos. Toda la cadena requiere grandes volúmenes de combustible”.
Además, el bloqueo ha limitado también la entrada al país de los buques con las materias primas, y los pocos que arriban lo hacen por el puerto de La Habana. Luego, hay que trasladarlo a todo el país, y eso implica más gasto de recursos. “Estamos trabajando en medio de esa tensa situación”, insistió el directivo empresarial.
Para lograr estabilidad en la avicultura y que la gallina tenga la comida necesaria, hay que trabajar como mínimo con tres o cuatro días de cobertura. “Una gallina come entre 107 y 110 gramos en dependencia de la edad y del por ciento de postura. Eso lleva su control, hay que hacer cálculos, pesar el pienso. Hoy las granjas del país trabajan con un día de cobertura, y algunas dieron hoy (el pasado sábado) la última comida que tenían”.
Según comentó a Cubadebate, a veces en determinadas granjas llega la comida después de las diez de la mañana por las mismas afectaciones con el combustible. “Eso provoca inestabilidad. La gallina es un animal muy sensible que se estresa con facilidad y después no se obtienen los resultados productivos esperados. Consumen la misma cantidad de alimento y se reduce la eficiencia de puesta”.
A veces, añadió, echas el combustible a las dos o tres de la madrugada, y cuando llegas a la fábrica no hay electricidad, y entonces, hay que esperar tres o cuatro horas a que se retome el proceso productivo.
Por otro lado, se avecina un período malo en la avicultura porque se acorta la luz solar y la gallina es un animal fotoperiodo.
Reemplazos de aves y automatización de la producción
“Eso representa un año y medio sin poder garantizar el reemplazo. Más del 50 por ciento de las gallinas que hoy hay en Cuba están en la segunda muda forzada, es decir, en el segundo ciclo productivo, y algunas hasta en un tercero, cuando lo ideal es solo uno. A veces, cuando el animal te lo permite, tú puedes hacer un alargamiento del ciclo”, dijo Parapar sobre la masa avícola del país.
Estas gallinas “viejas” no tienen el rendimiento esperado: consumen la misma cantidad de alimento y ponen menos huevos. Además, se afecta la población porque cuando se decrepita el animal se aporta un nivel de carne para el consumo social y la canasta básica.
“La empresa está trabajando para cuando concluya el año, de unas 500 000 gallinas con las que debemos terminar, tener 200 000 reemplazadas. A partir del mes de enero y hasta junio, queremos sustituir el resto de las que estén en el segundo ciclo productivo, y comenzar entonces a incrementar la masa avícola”. |
Además, en la primera semana de agosto tuvieron una situación crítica con los alimentos. Las gallinas dejaron de comer y la producción descendió de 2 400 000 hasta 200 000 huevos diarios. Eso, por supuesto, provocó un bache en la distribución.
“Cuando una gallina está un período sin comer, hasta los quince días después de volver a ingerir los alimentos no retoma la puesta. Después demora 45 días para recuperar los niveles productivos anteriores. El animal joven se recupera más rápido, pero entonces, contradictoriamente, más del 50 % de nuestras gallinas están en el segundo y tercer ciclo productivo. Hay muchas que no resisten y la perdemos”.
Sobre las granjas automatizadas, importadas de Alemania, Jorge Luis Parapar López, presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves (Gealav), dijo que existen dos en el país, una en Pinar del Río y otra en Camagüey.
“Es un proceso automatizado donde interviene poco la mano del hombre. En un espacio más reducido tienes la misma cantidad de animales que en toda una unidad grande. Además, te permite tener un mejor control del proceso productivo, detectar a tiempo una desviación del alimento y hacer un análisis más puntual del huevo”.
Por los resultados de estas unidades (entre un 80 y 90 % de postura vs el 60-65 % de las tradicionales) estaba en el plan importar otra granja de este tipo, pero no se pudo acceder por falta de financiamiento.
Experiencias desde Artemisa
Luis Alberto Hernández Blanco, director de la Empresa Avícola Artemisa, explicó que hasta el cierre de agosto se estaba cumpliendo el plan de producción.
“De 73 millones de huevos planificados, habíamos producido 76, pero por los problemas que tuvimos a finales de julio y principios de agosto, que casi llegó a cero el consumo de alimento, la empresa bajó de 62 por ciento de postura a casi un 16. De 300 000 huevos diarios llegamos a 17 000. Hoy la empresa está recuperando la producción y estamos en los 240 000 unidades por jornada”, abundó.
No obstante, el directivo provincial alertó que esta situación tiene sus antecedentes.
“En el 2020 produjimos 185 millones de huevos, sin embargo, para el 2023 tenemos proyectado 115 millones. ¿Qué ha influido en esa disminución? Hace tres años esta empresa trabajaba con 740 000 gallinas y en el 2023 contamos con alrededor de 500 000. Tenemos 80 millones de huevos menos, de ellos, 50 millones por tener menos gallinas, y el resto por la baja eficiencia producto a que más del setenta por ciento de las aves en Artemisa están en su segundo ciclo de productivo, y son más ineficientes”. |
Según Hernández Blanco, también afecta a la producción en la provincia la inestabilidad con las materias primas para la elaboración de los piensos y la calidad de los mismos. No obstante, han optado por diversificar la producción en otros renglones que no conspiran contra el balance nacional, y que pueden generar utilidades e ingresos para la empresa y alimentos para la población como la cría de codorniz, faisán y guineo.
Además, trabajan en proyectos de desarrollo local encadenados con el gobierno y la industria militar. “Uno de los principales problemas que afecta la producción es la calidad de las jaulas. Hemos podido reparar algunas a partir del encadenamiento con la industria militar”.
También, han modificado y mejorado las instalaciones de la planta de incubación y mediante un crédito lograron importar un equipamiento para el matadero de aves.
“La empresa adquirió un crédito y durante los meses de abril y mayo se utilizó ese dinero para importar materias primas y hacer pienso con mayor calidad. Gracias a eso, vendimos casi cuatro millones de cartones de huevos en la cabecera municipal de Artemisa a 750 pesos. Es alto si se compara con el precio que estamos acostumbrados que se venda a la población, pero mucho menor respecto al mercado negro”. |
Ese pienso–dijo Hernández Blanco –contribuyó a mejorar la eficiencia en las aves y llegaron a un 70 % de postura. “Por ejemplo, si producíamos 70 000 huevos, 50 000 lo comercializábamos en ese sistema y los otros 20 000 lo inyectábamos al balance nacional. Mejorábamos los resultados de la empresa, incrementábamos la producción y en esos meses logramos dar en Artemisa siete huevos por consumidor”.
Por la situación en julio se detuvo la comercialización. “Es un sistema sin intermediarios, coordinado con el gobierno, donde existe menos merma y desvíos. Todos los días si vendíamos 400 cartones de huevo (de forma controlada, un cartón por núcleo) ingresábamos 1 000 000 pesos al banco”.
Actualmente, la Empresa Provincial Avícola de Artemisa tiene dos días de cobertura, pero la situación es tensa porque si no se resuelve pronto, puede volver a caer en picada la producción como mismo pasó en julio y agosto.
De enero hasta la fecha
“Aunque lo que está planificado por el MEP para el 2023 son cinco huevos percápita, la empresa está incumpliendo actualmente con ese plan. En el mes de junio tuvimos que sacrificar un nivel de animales de la agricultura alternativa (la gallina semirústica, la campera, la codorniz y el pavo) por la situación con el alimento que se acrecentó en esos meses hasta llegar a hacerse cero en la primera semana de agosto”, abundó Jorge Luis Parapar López, presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves (Gealav).
Veníamos sobrecumpliendo el plan de la canasta básica, agregó. En la capital se dio en una ocasión siete huevos, y dos meses correspondió a ocho por consumidor. “Dimos siete en Guantánamo, Holguín, Artemisa y Camagüey. Eso quiere decir que hubo una recuperación”.
En mayo y junio, los problemas con las fábricas de cartones de huevo que hay emplazadas en La Habana y Jatibonico, también afectaron la producción avícola. “Ambas tienen tecnología obsoleta que necesita reparación y mantenimiento; piezas que hay que importar porque no están en el país, además de las materias primas específicas como la recortería de papel gaceta, porque si no, se traban las máquinas”.
Cuando estaban en el pico productivo, perdieron miles de huevos porque no tenían bandejas. “Demandábamos diario alrededor de 120 000 a 130 000 bandejas y la industria nada más proveía 70 000 u 80 000. Después nos pasamos tres días sin bandejas, y tuvimos que importar cuatro contenedores de bandejas de celulosa y cuatro de plásticas para ir cubriendo capacidades”.
También importamos resina para que la industria química confeccionara las bandejas plásticas que están en estos momentos en fabricación. “Con la que importamos cubrimos Cienfuegos, la Isla de la Juventud, Guantánamo y Las Tunas, pero el traslado de huevos debe ser en bandejas de celulosa por el movimiento. Guantánamo y Holguín envían huevos para Santiago de Cuba; Las Tunas para Santiago y Granma; Camagüey para Granma, Santiago y La Habana; Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Cienfuegos, Mayabeque, Artemisa y Pinar del Río también tributan huevos para la capital. Las distancias son muy largas”.
Además, según el presidente de Gealav, después de la gripe aviar se dejó de recuperar por concepto de reciclaje las bandejas de celulosa. “Los plásticos se someten a un proceso de desinfección. Luego de un trabajo con la Dirección de Sanidad Animal del Ministerio de la Agricultura, se decidió recuperar los cartones que no están manchados o rotos. No obstante, incide la mala calidad con que salen de la industria, por ejemplo, cartones que vienen para 20 y tienes que poner dos para completar el espacio de los 30 huevos”.
Por otro lado, con el objetivo de mejorar las condiciones laborales de los obreros, (los avicultores son los que más bajos salarios tienen en la agricultura con 2 800 pesos) y se han creado por todo el país colectivos laborales agropecuarios.
“Como el huevo es un producto que tiene un precio centralizado, eso limita a la hora de pagar altos salarios porque no se incluye dentro de la ficha de costo. Con la creación de estos colectivos, ha habido un incremento salarial en dependencia de la eficiencia y de los niveles productivos”. |
También han trabajado en la búsqueda de la inversión extranjera tanto para el pollo como para la producción de huevo y pienso, “porque si logramos estabilizar la producción de granos en el país, podemos asegurar la producción avícola”. Actualmente tienen proveedores y están en camino de crear algunas empresas mixtas para la producción de pienso.
Por otro lado, se han estructurado algunas empresas grandes, que, en ocasiones, no permitían tener un buen control de la producción, y, además, eran altos consumidores de combustible.
“Las hemos estudiado para redireccionar el trabajo y acercar los huevos a las comunidades próximas a las granjas, respetando los balances y la distribución que tenemos planificada. Así hay menos manipulación del huevo, menos rotura, y el huevo cascado puede llegar a su destino más rápido”, explicó Parapar López.
El grupo empresarial avícola concluyó la distribución de los huevos de la canasta básica del mes de septiembre y algunas provincias empezaron con los productos de octubre. “El objetivo es ir restando a los atrasos con las entregas en la medida en la que incremente la producción y se incorporen animales jóvenes”.
Con respecto al control, además del aumento salarial, en 2023 según el directivo se han aplicado casi 800 medidas disciplinarias de todo tipo, tanto por el desvío de pienso como el de huevo.
“Es una tarea muy difícil por el precio que tiene hoy en el mercado negro el huevo (3000 pesos el cartón). Además, es una proteína con un alto valor nutritivo, y la de menos precio de las que le llega a la población. Las granjas son abiertas en lugares intrincados, donde a veces el control estricto se hace un poco difícil. La gallina pone a toda hora, aunque ella se enmarca más o menos en el día”, abundó.
Se va a terminar el año con la misma cantidad de animales, informó el presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves. “Ahora se está trabajando en el inicio y el reemplazo y según los cálculos se comenzará a aumentar la masa en el segundo semestre del año que viene, y por consiguiente la producción”.
Por otro lado, la apuesta del país por la cría de gallinas semirústicas y codornices, alternativa de la agricultura familiar en los Consejos Populares, está prácticamente detenida después de que tuvieran que sacrificar a las aves de las empresas estatales en junio por el déficit de alimentos.
“Actualmente se están identificando a los productores que tienen una base alimentaria sembrada: maíz, yuca, boniato, pasto King grass , frijol gandul… para reiniciar el programa a principios de 2024. Queremos que se produzca el alimento porque esos animales no deben consumir el pienso importado de la ponedora comercial, que era lo que estaba sucediendo, sino alimentos alternativos”, agregó Niurka Martínez Quiala, especialista del área productiva de Gealav. |
En un proceso productivo tan complejo como la avicultura, todas las parten deben engranarse y si una falla, tanto en la obtención y distribución del pienso, o la llegada tardía del alimento a las granjas, por ejemplo, tributa a bajos rendimientos y, por consiguiente, la producción, que de por sí está deprimida a causa del estado actual de la masa avícola, cae estrepitosamente. Las gallinas no entienden de bloqueos, financiamientos o escasez de combustibles.
En video, ¿qué está pasando con la producción de huevos en Pinar del Río?