Cuba pasa a la fase de liberación comercial de organismos genéticamente modificados

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Frente a los desafíos planteados por el cambio climático y el crecimiento de la población mundial, la biotecnología agrícola deviene en una opción válida para avanzar hacia la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible del planeta

Cuba ha transitado a un escalado mayor los resultados de las investigaciones de más de 20 años para la obtención de híbridos de maíz y soya genéticamente modificados, pasando a su fase de liberación comercial, velando por su uso seguro.

Así dio a conocer el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medioambiente a través de un comunicado publicado en su web, donde se explica que frente a los desafíos planteados por el cambio climático y el crecimiento de la población mundial, la biotecnología agrícola deviene en una opción válida para avanzar hacia la seguridad alimentaria y el desarrollo sostenible del planeta.

Se añade, además, que, en los últimos dos años, luego de la pandemia por COVID-19, y con el incremento de los precios en el mercado internacional de los alimentos, se ha hecho evidente para la Isla la necesidad de incrementar las producciones de cultivos de maíz y soya, que aportan una rica fuente de energía y proteínas necesarias para el alimento animal.

En aras de lograr la adaptación de los cultivos generadores de alimentos a los constantes cambios del clima (incremento de las temperaturas, disminución de la disponibilidad de agua, aumento de la salinidad) y frente a las amenazas cada vez mayores de plagas y enfermedades, las investigaciones en este campo han estado encaminadas a la obtención de variedades resistentes y con mayores rendimientos, agrega la publicación.

Entre los beneficios de la transformación del genoma de la planta está la incorporación de características deseadas, como una mayor resistencia a las plagas y enfermedades o tolerancia a los herbicidas.

El Citma añade que en Cuba el desarrollo de la agrobiotecnología se remonta a la década de los noventa. En 1996, especialistas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) obtuvieron las primeras plantas transgénicas a nivel de laboratorio; y luego se sumarían a estas investigaciones el Centro de Bioplantas en Ciego de Ávila y el Instituto de Biotecnología de las Plantas, ubicado en la provincia de Villa Clara.

En el presente, el país importa más de 1 800 millones de dólares en alimentos, dentro de los cuales el maíz, la soya y el arroz representan más del 30 % de la partida presupuestada.

Por tal motivo, la industria biotecnológica cubana apuesta por desarrollos que contribuyan al incremento de la producción nacional, mediante la introducción de la ciencia, la tecnología y la innovación, a fin de avanzar hacia la sostenibilidad e independencia alimentaria, puntualiza el Citma.

A tono con el avance científico, en 2018 se aprobó una en Cuba una política para el Uso de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) en la agricultura cubana, y en 2020 se aprobó el Decreto Ley 4/ 2020, que estableció la creación de la Comisión Nacional para el Uso de los OGM en la agricultura cubana e integrada por las tres autoridades nacionales: el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), el Ministerio de Salud Pública (Minsap) y el Ministerio de la Agricultura (Minag).



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Por: Redacción Digital | internet@granma.cu21/05/2023

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