
Con una voluntad a prueba de tempestades, los campesinos pinareños emprenden las siembras del mejor tabaco del mundo.
Por: Delegación Provincial de Pinar del Río
A poco más de tres semanas de que el huracán Ian atravesara Vueltabajo, ocasionando lo que se considera el peor golpe que haya sufrido la infraestructura tabacalera a lo largo de su historia, el hecho confirma la intención de hacer campaña de los hombres y mujeres que sustentan el principal rubro exportable de la agricultura cubana.
Las posturas de los pocos canteros que se salvaron y las de las bandejas de los semilleros tecnificados que se pudieron proteger en construcciones seguras, han permitido cubrir los primeros campos de una cosecha que ya no tendrá la dimensión que se había previsto.
Víctor Fidel Hernández Pérez, delegado provincial de la Agricultura, precisa que de unas 11 200 hectáreas (ha) planificadas en un principio, hoy la aspiración es llegar a alrededor de las 6 300.
La destrucción de más de 10 mil casas de cura (secado) -de 12 000 que tiene el territorio-, a tan poco tiempo del inicio de la cosecha, impide aspirar a más.
Ante esta realidad, el funcionario señala que ha habido que establecer prioridades, atendiendo a las demandas para la exportación en el 2023.
«La intención es sembrar las 900 ha de tabaco tapado que se habían previsto y todo el tabaco Virginia comprometido con la fábrica de cigarrillos ubicada en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
«También pretendemos mantener el mismo nivel de tabaco burley y el de las vegas finas de primera.
«Pudieran incorporarse otras áreas de aquellos lugares donde la infraestructura no tuvo tanta afectación, pero estas que mencionamos, son las que no se deben dejar de sembrar», advierte Víctor Fidel.
Geográficamente, ello implica concentrar los esfuerzos en lo que se conoce como el macizo tabacalero de Vueltabajo, el cual abarca los municipios de Pinar del Río, San Juan y Martínez, San Luis y Consolación del Sur.
Sin apartar la vista del tractor que va dejando al mismo tiempo tres surcos uniformes de plantas, Joel Hernández Acosta, director de la Empresa de Tabaco consolareña, asegura que si la entidad ha podido iniciar campaña en octubre, -aprovechando la etapa óptima del cultivo- ha sido gracias a la decisión de «evacuar» los semilleros tecnificados hacia construcciones sólidas.
La medida les ha permitido disponer de más de 8 200 bandejas de posturas que se resguardaron del huracán, con las que se cubrirán unas 60 ha de tabaco Virginia.
Por la zona conocida como el Punto de Santa Clara, se ha iniciado la siembra en tierra consolareña, con una secuencia que no se detendrá hasta alcanzar unas 1000 ha de todos los tipos de tabaco.
Dicen los entendidos que siempre, tras un ciclón, se logran excelentes cosechas.
«Parece que es porque se limpia el ambiente de las enfermedades», argumenta el productor Héctor Luis Prieto, a quien su condición de Hombre Habano lo convierte en toda una autoridad en la materia.
Sin embargo, la principal incertidumbre hoy no está en el campo y el atraso en el cronograma de siembra, debido a la pérdida de miles de canteros de semilleros que provocó Ian, sino en la infraestructura necesaria para secar miles de toneladas de hojas, que se encuentra el suelo.
En Consolación del Sur, por ejemplo, las 2 450 casas de cura tuvieron afectaciones, y de ellas, 2 412 clasifican como derrumbe total.
En toda la provincia se calcula que para respaldar la campaña es preciso volver a levantar 6 200 de esas edificaciones.
En este sentido, el delegado de la Agricultura comenta que a lo largo del territorio se ha estado trabajando en rescatar toda la madera que pueda volver a utilizarse.
Se trata de una tarea vital, teniendo en cuenta que solo la reconstrucción de las casas de cura que se emplearán en esta cosecha (en una segunda etapa se trabajará en las demás que se afectaron) demandará más de 170 mil metros cúbicos.
«La indicación es acopiar todo lo posible de lo que se cayó, porque por ahí transita uno de los puntos neurálgicos de la recuperación», añade Víctor Fidel.
El funcionario señala que en cuanto a los elementos de techo, se ha conveniado una parte con la industria militar y otra se está importando.
Por otra parte, afirma que también se gestiona la adquisición de unas 600 toneladas de puntillas, y que ya las empresas forestales comenzaron la entrega de horcones a los tabacaleros.
«Todo eso lo estamos haciendo de manera urgente, de forma tal que a finales de este mes comencemos a contar con los recursos necesarios».
Aunque se trabaja duro y en varios frentes a la vez, el directivo reconoce que la situación es muy tensa.
«La recuperación de las casas de cura debe hacerse en un tiempo récord que ya está caminando. Desde que se echa el semillero a que se recogen las hojas, pasan un poco más de 100 días, que es el plazo que tenemos para estar ensartando el tabaco en las casas que hoy están destruidas».