Ciencia en los vegueríos
La Estación Experimental de Manicaragua se encarga de la capacitación de los productores de tabaco
Por: Freddy Pérez Cabrera | internet@granma.cu
22 de marzo 2024
Detrás de los resultados de Villa Clara y de otros territorios de la región centrooriental en la producción tabacalera, figura, sin duda, la labor extensionista desarrollada por la Estación Experimental de Manicaragua, perteneciente al Instituto de Investigaciones del Tabaco.
Surgida en marzo de 2017, el centro se encarga de la capacitación de los productores, a los que se les entregan los principales resultados de la ciencia y la técnica vinculados a esta rama, además de propiciar la introducción de nuevas variedades y tecnologías de siembra y de enfrentamiento a las enfermedades que atacan a esta planta.
El ingeniero agrónomo Jorge Pérez Pérez, director de la entidad científica ubicada en la zona del Hoyo de Manicaragua, explica que, en los logros alcanzados, mucho ha tenido que ver el estrecho vínculo con los productores en su propia finca, a los que se les demuestra la validez de las distintas innovaciones.
«Mensualmente planificamos un grupo de visitas a los municipios que hoy encabezan la producción tabacalera en Villa Clara, es decir Placetas, Remedios, Manicaragua y Camajuaní, a los cuales llevamos nuestros mejores especialistas, quienes se preparan de manera previa para la capacitación que se va a impartir, a la que se suman los encuentros pactados en la propia estación», argumenta el directivo.
Destaca, asimismo, la importancia de la labor extensionista desarrollada por un grupo de personas adelantadas en esta materia en los diferentes territorios, quienes, en coordinación con la institución, se encargan de divulgar los últimos adelantos de la investigación.
Al respecto, Pérez Pérez reconoce el estrecho vínculo creado entre la empresa tabacalera La Estrella, rectora de esta labor en Villa Clara, el instituto y la Estación Experimental para que supervisores, técnicos y especialistas, directores de las diferentes ueb y los extensionistas apoyen la introducción de la ciencia y la técnica, de lo que dan fe los resultados obtenidos en el tabaco tapado.
Sobre el tema, dos reconocidos productores placeteños, Orelvis Peñate y Santiago Cuellar, especializados en la producción de tabaco tapado, reconocieron la valía de las enseñanzas recibidas por parte de los técnicos de la estación, quienes le facilitaron los rudimentos científicos necesarios para emprender esta tarea.
«No solo nos explicaron la manera de hacer bien las cosas, las mejores variedades para emplear o el manejo del suelo, si no que han continuado con la asesoría y la preparación para divulgar a otros las experiencias que hemos obtenido», afirma Peñate, reconocido en estos momentos como uno de los principales cosechadores de capas en Cuba.
Otra de las características de la institución manicaraguense es que los logros científicos, tanto propios como del Instituto de Investigaciones del Tabaco, se extienden de inmediato y enriquecen la cultura tabacalera acumulada por los vegueros del territorio.
Fruto de esta actividad son los resultados alcanzados en los últimos años por la provincia, en especial en la producción de tabaco tapado. Así, por ejemplo, Villa Clara cerró la última campaña con el 38,9 % de capas de exportación, lo que se considera muy favorable, refiere Antoni Subit, director de la Empresa La Estrella, quien añade que hace tres años, la entidad producía alrededor de 9 000 manojos en una campaña, cifra que llega ahora a los 40 600.
RETOS E INSATISFACCIONES
No todo es color de rosa en la actividad tabacalera en este territorio central de Cuba. Si bien en los últimos años se ha producido un notable incremento en el número de productores de tabaco tapado, no sucede igual con la llamada producción sol en palo, que ha retrocedido y dista mucho de lo que necesita el país.
Acerca del asunto, el ingeniero Pérez Pérez reseña que una de las principales insatisfacciones radica en la pérdida de la cultura tabacalera en Manicaragua, donde se producía una de las mejores hojas de tabaco de mundo.
«Es cierto que aquí los suelos tienen hoy bajo contenido de materia orgánica y un problema bien determinado con el ph. También hay que decir que en este municipio se perdió el protagonismo y la unidad que debe existir entre los productores y las autoridades para mantener la tradición tabacalera en Manicaragua», acota el directivo.
A pesar de los tropiezos, en la última etapa se ha trabajado en la incorporación de nuevos cosecheros, como Alecnay Alfonso Díaz y otros, a los cuales se les ha brindado capacitación científica, de modo que sus resultados puedan servir de motivación y acicate para otras personas interesadas en desarrollar esa habilidad.
Queda por resolver también, no solo en Manicaragua, la creación de un sistema de estímulo material, para la tecnología sol en palo, como ya la tiene el tabaco tapado, que pueda favorecer a los productores en función de lograr los resultados que necesita la nación, reconoce el especialista.