Por: Gerardo González- Delegación Provincial de Las Tunas
Una de las tareas que demanda urgente transformación desde lo conceptual hasta la concreción de las acciones más inmediatas, es la exportación, la sustitución de importaciones y la entrada de capital foráneo, en no pocas provincias de la Isla.
Las 63 medidas aprobadas por el Gobierno en pos de dinamizar la empresa estatal, ampliar la apertura al mercado privado y su encadenamiento expedito, no tienen la agilidad que demanda la economía nacional, con bloqueo recrudecido, pandemia y crisis global gravitando sobre nosotros.
Si la mentalidad de que tanto se habla, no cambia para bien, desde una posición más agresiva y emprendedora, será muy complejo el fortalecimiento de la empresa estatal y su encadenamiento.
¿Por qué?, pues en la práctica hay no pocos empresarios en la geografía cubana, que no dominan consecuentemente, las medidas ni su entramado jurídico; faltan resultados como consecuencia del desconocimiento y ante ello, la medida es obstruir o prohibir.
Con toda razón el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, subrayó en el Consejo de Ministro pasado, que evaluó, entre otros, estos temas, y cito “La capacidad de generación del país, anda muy por encima de la capacidad de acción en el empresariado”.
Coincido plenamente con esa afirmación, debido a que no se incrementan los productos en sentido general, se decrece en otros, como el carbón vegetal, la chatarra, el programa arrocero no incrementa rendimientos suficientes y los volúmenes a nivel de nación, sustituyen en un bajo por ciento las importaciones; todavía el país sigue gastando en condiciones de crisis económica, cifras de alrededor de 2 mil millones de pesos por concepto de importaciones en alimentos. (La cifra no ha bajado en los últimos 7 u 8 años)
Agreguemos ahora la afectación de las 243 medidas para darle dos vueltas más de rosca al bloqueo, los daños a las finanzas nacionales, que combinadas con la Covid-19 provocan un gasto superior a los dos mil millones de pesos y unos 300 millones de dólares, con secuelas importantes para la vida de las familias cubanas, desde marzo del año precedente.
Frente a tales realidades, se impone actuar de manera enérgica, en forma colectiva, jerarquizando aquello que es vital y decisorio en cada sector de la producción y los servicios.
Ante una economía, que, en lo personal, la califico de guerra, debido a la crueldad y al poderío del enemigo imperial, las medidas productivas y de servicios tienen que ser con esa tonalidad. Todo para el frente, desde la concepción de paz.
Y las urgencias: producir alimentos para todos y con la participación de todos, dedicar los esfuerzos supremos en la agricultura en el plátano, la yuca, el boniato, la calabaza, la malanga, el tomate, el pepino, el pimiento y hortalizas de hojas, entre otros cultivos y programas, como el arroz, los frijoles. Esto se hace, pero demanda mejores resultados y mayor generalización en todas las entidades agrícolas del país.
Hay que habilitar más centros de doma de bueyes y abrir un frente boyero en cada empresa agropecuaria del país, estimular las competencias empresariales y municipales en esta labor y otras acciones que identifiquen a estos hombres.
En la industria de forma general se impone priorizar lo más urgente para la población, artículos de uso y consumo y los servicios internos; seguir organizando su distribución con apego a la libreta de abastecimiento, un mecanismo muy efectivo en estos tiempos, para asegurar equidad y un flujo más apropiado de los productos, bienes y servicios.
La tarea no es nada fácil, de ahí la urgencia y la necesidad de un cambio de mentalidad, en no pocos empresarios cubanos, para aplicar las medidas planteadas, ampliar el objeto social de cada entidad que lo requiera, aplicar sistemas de pago atractivos y sustentados en el rendimiento y el aprovechamiento de la jornada, ampliar de verdad las posibilidades de exportación en cada empresa y simplificar, aún más, los mecanismos para la entrada de capital extranjero, soy de los que piensan, que es necesario abrir más las fronteras para romper el bloqueo y favorecer la entrada de capital, y controlar, con exquisitez, la salida de capital del país.
Experiencias sobre ello hay en varios países amigos (China y Viet Nam), tomemos lo mejor de ellas y avancemos, las medidas, aunque bien diseñadas, por sí solas, no van a resolver el problema económico-financiero y productivo del país. La Economía se mueve sobre leyes objetivas, y no basta solo, con conocimientos y buena voluntad; se trata de oportunidades y posibilidades, que por demás casi nunca van tomadas de la mano. Y que generalmente las pintan calvas.
Finalmente quiero dejar explícita, la convicción de que sí es posible cambiar, elevar los resultados y avanzar con mayor agilidad en la oxigenación de la economía nacional; en la exportación y la sustitución de importaciones y en la atracción de capital extranjero. Hay talento, experiencia y deseos, pero se requiere astucia, audacia y mucho trabajo en equipo. Huelgan los comentarios.