Aspectos que debes conocer sobre el moho azul del tabaco
Por: Instituto de Investigaciones del Tabaco./ Colaborador Dra. Berta Lina Muiño García
El cultivo del tabaco constituye el renglón de exportación de mayor peso en la agricultura cubana, el cual aporta más de 400 millones de dólares anuales.
El moho azul sigue siendo la enfermedad más peligrosa que afecta al cultivo en Cuba. Desde el año 1979 que ocurrió la primera epidemia, con la devastación de la producción, éstas se han repetido de manera cíclica en el transcurso del tiempo, aunque en los últimos años se han decrecido los daños, debido a la utilización de medidas de manejo como las variedades resistentes, fungicidas específicos, etc. Sin embargo, no se conoce lo suficiente sobre las pérdidas económicas que causa.
El moho azul es causado por el parasito Oomyceto Peronospora tabacina, microorganismo que tiene una alta capacidad de adaptación a los cambios del clima, a las variedades y a los fungicidas más eficientes, por lo que, para su manejo, se requiere de la armonización de prácticas agrícolas insertadas en un proceso de mejora continua en el sistema de producción del tabaco.
Provoca afectaciones importantes en la hoja, producto que se destina para la capa en la elaboración del Habano, que la puede convertir en inservible. Además, en semilleros ocasiona la muerte masiva de las plántulas en condiciones favorables. Se manifiesta también de forma sistémica afectando los conductos del tallo desde la raíz, incluso hasta las nervaduras de las hojas. Se observan coloraciones marrones a carmelita cuando se realizan cortes transversales al tallo, en las nervaduras se observa encogimiento de éstas.
El conocimiento de la biología y la epidemiologia de la enfermedad, su evolución durante el ciclo del cultivo, así como el comportamiento en las diferentes regiones del país son factores básicos para el diseño y ajuste de modelos para su manejo efectivo y sostenible.
En este sentido, estudios realizados con cepas de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Holguín frente a diferentes variedades de tabaco comerciales resistentes y sensibles a la enfermedad, se demostró que existen poblaciones altamente agresivas, capaces de infectar las variedades resistentes.
Estudios realizados durante 5 campañas, indican que el patógeno es capaz de permanecer viable en forma de esporangios y micelio, en restos de cosecha en el suelo en períodos ínter cultivo, por tanto, una buena preparación de los suelos y la introducción de rotaciones permiten reducir los riesgos de permanencia del inóculo local, el cual puede provocar las primeras infecciones al cultivo.
En análisis realizado de 21 campañas tabacaleras de incidencia y niveles de la enfermedad, datos climáticos (registros de periodos críticos y favorables), así como la sensibilidad al metalaxyl, se constató que la evolución de la enfermedad depende de las condiciones climáticas favorables y aparece siempre y cuando se registre más de un periodo crítico. El territorio nacional está expuesto a inóculo permanente (esporangios del parasito) que circula a través de 4 patrones básicos identificados debido al movimiento pandémico activo de las esporas que existe en la región del Caribe, Centro y Norteamérica, lo cual significa la fuente principal de las primeras infecciones al inicio de la campaña de tabaco.
La resistencia al metalaxyl se ha reducido desde el año 2000 hasta la fecha, por la exclusión parcial o total del metalaxyl y a la introducción de nuevas moléculas sistémicas con diferentes mecanismos de acción, especialmente en los primeros 30 – 40 días del transplante cuando las variedades no manifiestan aún todas sus potencialidades de resistencia.
Otro elemento definitorio dentro del manejo integrado del moho azul lo constituye la introducción de variedades comerciales de tabaco resistentes, las cuales deben ser monitoreadas de manera permanente con el objetivo de chequear la estabilidad de la resistencia, así como diseñar estrategias de protección específica para éstas para su preservación en el tiempo.
Recientemente se desarrolló en el Instituto del Tabaco una metodología de laboratorio para la evaluación de resistencia de nuevos genotipos de tabaco y de variedades conocidas. Como ventajas, estas técnicas permiten realizar screening durante todo el año. Los experimentos se ejecutan en pequeños espacios que permiten incluir un gran número de variantes y replicas con resultados confiables. Da la posibilidad de seleccionar los mejores materiales para su evaluación en campo lo que acorta los plazos para la obtención de una variedad.
Estas herramientas crean un soporte importante para el programa de mejoramiento genético, además de manejar el patógeno bajo condiciones controladas garantizando la calidad en las inoculaciones y la evolución de la enfermedad.
Fotos de procedimientos para la conservación del moho azul en laboratorio y pruebas de resistencia de genotipos de tabaco.