Por: Arcadio Ríos y Grupo Web del Minag
Cuba es un país con un régimen de lluvias inestable, con períodos largos de sequía y abundancia de precipitaciones en algunos meses. Antes del inicio de la primavera el agua disponible para el riego o el suministro a los animales disminuye drásticamente y, sin embargo, no existe una costumbre de almacenar al menos una parte de la que proporcionan las lluvias.
No nos referimos a la que se acumula en las presas, sino a la que puede captarse y conservarse en las áreas de los pequeños productores. Estudios realizados en otros países con condiciones similares a Cuba en algunas de sus regiones, como por ejemplo, México, indican que el 70 % del agua de lluvia se evapotranspira y regresa a la atmósfera y el resto pasa a los ríos, se infiltra o se deposita en embalses.
Hay varios métodos de captación y almacenamiento del agua de lluvia en las fincas. Puede ser en lo que se denomina “tranques”, que son pequeños embalses construidos generalmente aprovechando una depresión del terreno. También es posible alrededor de los techos de las edificaciones disponer de canaletas que conduzcan el agua de lluvia hacia un recipiente superficial o una cisterna.
Otros métodos indirectos consisten romper las capas de suelo que se han compactado para facilitar la infiltración, poner barreras en las zanjas naturales por las que se escapa el agua de lluvia, hacer canales de derivación, etc.
Los resultados de un estudio
En la finca “Tierra Brava”, asociada a la CCS Niceto Pérez, ubicada en la llanura Sur de Pinar del Río se desarrolló un estudio sobre el aprovechamiento del agua de lluvia. Esta finca cuenta con 22 ha de frutales y más de 90 animales domésticos, y está afectada por baja disponibilidad de recursos hídricos. El diagnóstico realizado mostró que las fuentes de agua permanentes son limitadas y su productividad depende de la variabilidad climática.
La caracterización hidrológica de la zona, indica acumulados anuales de las precipitaciones en un período de 58 años con un valor medio de 1 367 mm y picos superiores a la media, con un período de retorno o recurrencia de 5 años.
En promedio en un año de cada 5 la lluvia anual es superior o igual a 1 543 mm y en 4 años de cada 5 igual a 1 162 mm o mayor de 974 mm. Estos valores aseguran que si se capta el agua, suplirían las necesidades de la finca en el período de seca.
Método recomendado
Como resultado se definió el diseño del sistema de captación del agua de lluvia procedente de los techos de las edificaciones. Se recomendó en uso de canaletas con un diámetro nominal de 100 mm y bajantes de 50 mm.
Se consideró como base de cálculo una precipitación neta de 909.6 mm y un área de captación de 261 m2; lo que genera caudales de conducción entre 0,875 a 1,750 L/s y un volumen total de captación de 237,4 m3. El almacenamiento de esta cantidad de agua garantizará la disponibilidad durante los meses de sequias para uso doméstico a una familia de 6 personas y el abasto a 280 animales.