Necesidades básicas de los animales
Por: MV. Dra. María Gloria Vidal Rivalta MSc.
Publicado en: Por el bienestar animal
22 de abril 2025
Foto: Archivo/Cubadebate.
Las relaciones entre los animales y los seres humanos se establecieron desde la prehistoria y se conoce que en la antigüedad ciertas culturas mantuvieron vínculos con especies animales, siendo algunos venerados y respetados. Esculturas, pinturas rupestres y escrituras dan fe de ello.
Desde tiempos remotos y en lo adelante, los usos de distintas especies fueron diversos: alimento, vestido, abrigo, trabajo, compañía, entre otros. Seguramente los humanos reconocieron cómo garantizarles alimentación y cuidado a los animales, inclusive con el fin de los usos antes mencionados.
La domesticación de los animales constituyó un elemento principal de la riqueza griega. La importancia de los animales se extendió a áreas tales como el arte, la religión y la mitología. Desde la antigüedad, la filosofía incluyó preguntas sobre los animales y las obligaciones morales de los humanos hacia ellos. Aristóteles (384-322 ANE), gran filósofo griego y fundador de la investigación biológica escribió 21 libros todos sobre animales, en los que trató temas como: historia sobre animales (10 tomos), anatomía de animales (4 tomos), el nacimiento de los animales (5 tomos), el comportamiento de los animales (5 tomos) y el movimiento de los animales. Aunque los aspectos principales trataban sobre la biología de una gran variedad de especies, también citaba que debían ser empleados para satisfacer necesidades humanas e igualmente advertía que esto sería sin generarles sufrimiento innecesario y consideraba que tenían alma sensitiva, es decir que percibían sensaciones y que tenían memoria.
Serían muchos los ejemplos a citar para evidenciar, como a través de la historia de la humanidad se ha considerado desde la ética, la forma de tratar a los animales. En el siglo XV, Leonardo Da Vinci, ya mencionaba que el ser humano debía crear leyes para proteger a los animales. Sería interminable la relación de filósofos, biólogos y hombres de ciencia en general, que a través de la historia, investigaron sobre el cuidado, la protección y las normas ético-legales para garantizar “el buen comer” o “el buen vivir” de los animales.
Transcurrido largo tiempo, en 1965, el gobierno del Reino Unido encargó al zoólogo y profesor Roger Brambell, la investigación sobre el bienestar de los animales de cría intensiva y así surgió el concepto tan conocido mundialmente de “Las Cinco Libertades de los Animales”, el que en 1992 el Consejo Británico para el Bienestar de los Animales de Granja precisó como los cinco aspectos que han de garantizar el bienestar animal.
Es preciso aclarar, que la protección y la salud animal conducen o propician el bienestar, es decir, sin ambas condiciones es imposible lograr el bienestar.
La protección es el conjunto de acciones dirigidas a evitar o mitigar, al máximo posible, los daños a la calidad de vida de un animal de cualquier especie, mientras que la salud es el proceso dinámico y multifactorial en el cual los animales están libres de desviaciones morfológicas y/o psicológicas o genéticas no deseables, así como de agentes etiológicos que amenazan su salud, la de otros animales y de las personas.
El bienestar animal según la Organización Mundial de Sanidad Animal, designa el adecuado estado físico y mental de un animal en relación con las condiciones en las que vive y muere.
Quiere decir que el término bienestar animal se refiere al estado de un animal con respecto a sus intentos por sobrevivir en las condiciones de su entorno. El concepto de bienestar animal se refiere a su estado y no a la manera en que este es tratado. Esto es algo que deben tener muy claro y en cuenta los criadores, responsables y protectores de animales.
En el Decreto Ley No. 31/2021 del Bienestar Animal, puesto en vigor en Cuba el 10 de julio del propio año, aparecen denominados estos cinco principios como las necesidades básicas de los animales de cualquier especie y categoría, que todos los criadores de animales deben satisfacer:
- proporcionar alimentos y agua segura para evitar el hambre y la sed,
- garantizar espacio vital y ambiente confortable para evitar la incomodidad,
- garantizar que no padezcan dolor, lesión y enfermedad, mediante la prevención, curación y rehabilitación,
- evitar que sientan miedo, angustia y estrés, y
- cualquier otra que les permita expresar su comportamiento natural.
En resumen, que un animal está en buenas condiciones de bienestar, si según demuestra la ciencia, está sano, cómodo, bien atendido, seguro, puede expresar formas innatas de comportamiento y si no padece sensaciones desagradables de dolor, miedo o desasosiego. También, las buenas condiciones de bienestar exigen que se prevengan las enfermedades y se les administren los tratamientos veterinarios apropiados, entre otros aspectos como el manejo, que son igualmente importantes.
Finalmente, aconsejamos que se cubran estas necesidades básicas y se aplique el concepto de tenencia responsable, entonces estaremos en más y mejor capacidad de acercarnos al verdadero estado de bienestar de los animales, algo a lo que tanto aspiramos aquellos que los respetamos y amamos.