Los brazos que le faltan a la tierra

Por: María de las Nieves y Grupo Web del Minag

 20 de agosto, 2025

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Un simple recorrido por la autopista nacional muestra cuánta tierra ociosa existe en Cuba, que no se utiliza, ya sea para siembras o cría de ganado. Campos repletos de hierba y marabú evidencian cuánto espacio se pierde para lograr cosechas que serían imprescindibles en la mesa del cubano.

De que nuestra tierra puede generar mucho más para ayudar a que disminuya el precio de los productos en el mercado es cierto, pero entre otros dilemas, que van desde la escasez de fertilizantes, semillas y combustible, es preciso resolver un problema que se torna bien complejo: la fuerza de trabajo.

Incluso, aquellos que logran cultivar grandes extensiones, en ocasiones no disponen de suficientes personas para atenderlas.

El envejecimiento poblacional es un factor que ha irradiado directamente en la disminución de aquellos que se dedican al trabajo agrícola. No tengo que ir muy lejos para comprobarlo. En mi propia familia ese fenómeno se ha dado.

2 1Eran mi padre y tíos quienes lideraban aquella legión de hombres que estaban entregados en cuerpo y alma a la agricultura: lo mismo en el riego de agua para la caña, la limpia de grandes campos de cultivos varios o lo que apareciera, no ponían reparos en el tiempo ni en las condiciones para el laboreo.

Ya casi todos han partido a la eternidad; no obstante, uno de mis tíos paterno, a los 84 años, todavía persiste en mantener una pequeña parcela de tierra, y con mucho esfuerzo, obtiene alguna que otra vianda.

Pocos jóvenes de la familia los han seguido. Cada quien fue buscando un camino que exigiera menos esfuerzo físico, porque no están para coger una guataca, o enyuntar bueyes; además, el desarrollo y las oportunidades de estudio ha generado muchas más opciones de trabajo, que ofrecen mejor salario.

3 1Otros factores que inciden en la limitación con la fuerza de trabajo son la migración del campo a la ciudad, y el balance migratorio que se ha dado en el país en los últimos tiempos.

Los expertos han reconocido cómo la dinámica demográfica ha tenido impacto en todas las esferas de la vida económica y social de la Isla. De acuerdo con las cifras, para el año 2050, aproximadamente, el 35,4 % de la población estará envejecida.

A juicio de Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), “el envejecimiento poblacional no es un fenómeno por enfrentar, sino que se necesita atender y aprovechar los recursos laborales existentes, además de adaptar las estrategias económicas del país”.

4Para el sector agrícola, este es un desafío. Es preciso enamorar y conquistar a los jóvenes desde temprano para que se dediquen al cultivo de la tierra, aprovechar más la tradición familiar e ir fomentando el desarrollo tecnológico, en la medida de las posibilidades.

El ministerio de la Agricultura no está ajeno a la situación. Dentro las políticas trazadas está el programa de entrega de tierra en usufructo, aspecto sobre el que se incrementa el control y la exigencia para que estás realmente sean destinadas a la producción de alimentos.

También aquellos jóvenes que concluyen el Servicio Militar Activo y provienen sobre todo de zonas rurales, tienen oportunidad de convertirse en tenentes de tierra. En ese sentido, ya existen ejemplos de cuánto pueden lograr cuando el trabajo y el amor se unen en ese empeño.

Es preciso seguir impulsando otras alternativas que permitan explotar las tierras que se mantienen ociosas. Durante el llamado Período Especial, muchos organismos, instituciones y colectivos obreros, de forma ordenada, buscaron sus espacios para la siembra de productos que se utilizaban para fortalecer el almuerzo de los trabajadores, o, incluso, para venderles parte de la cosecha, cuando era posible.

Es cierto que en muchos lugares se ha vuelto a retomar esa práctica, y ya pueden comprobar en su cotidianidad, los resultados de ese esfuerzo.  Sin embargo, no todos han visto esto como una necesidad inmediata, en aras de asegurar, con esfuerzos propios, una parte de los alimentos.



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