Del desuso a la productividad y al beneficio compartido

El arrendamiento de equipos agrícolas en la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, de Granma, ha devuelto al campo varias máquinas que hoy salvan la cosecha

Por: Autor: Mailenys Oliva Ferrales | internet@granma.cu

24 de abril de 2025

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Como música para los oídos de los productores es el sonido en el campo de estas máquinas recuperadas. Foto: Cortesía de la empresa

Yara, Granma.–Cuando al productor Oscar Ricardo Lorente lo fueron a ver de la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, de Granma, para proponerle arrendar una de las cosechadoras arrumbadas en los talleres de esa entidad, por roturas y falta de piezas de repuesto, el curtido arrocero no lo pensó dos veces.

«Aquello estaba feo, porque había que ponerle unos cuantos recursos a la máquina para volverla a echar a andar, pero no era imposible», recuerda Oscar, quien acogió la novedosa propuesta con beneplácito, pues «dos años atrás yo mismo había perdido parte de la ganancia por no existir disponibilidad de cosechadora a la hora del corte del arroz».

Hoy, varios meses después de echar a andar la arrendada Class Dominator, una máquina de 35 quintales, y verla activa cosechando la gramínea en sus más de 30 hectáreas y en otras áreas de cooperativas aledañas y unidades estatales, Oscar Ricardo asegura que ha valido la pena la inversión.

«Cuando cogí la máquina tenía afectado todo el sistema de rodaje, había que hacerle la chapistería y la pintura, y también importar correas y otros implementos; pero en tres meses logramos, con el apoyo de la empresa, ponerla en marcha otra vez.

«Por eso creo que darle la oportunidad a los productores que económicamente puedan arrendar equipos agrícolas, para ponerlos a producir en función de la siembra y la cosecha, ha sido una decisión muy acertada, que ya está dando sus primeros frutos en el surco», recomienda el también asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (ccs) Manuel Gamboa, de Yara, municipio que concentra uno de los mayores polos arroceros de la provincia de Granma.

En poco tiempo se han puesto en funcionamiento cosechadoras que parecían haber perdido ya su vida útil. Foto: Cortesía de la empresa

DE CÓMO «COSECHAR» SOLUCIONES

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Como una respuesta a la necesidad de recuperar equipos y maquinaria agrícola en desuso, por diferentes causas, en empresas cubanas, llegó el proceso de arrendamiento, amparado en una resolución emitida a finales del año 2023.

Marilyn Zayas Monier, directora de Ingeniería de la Fernando Echenique, explica que bajo esa norma se autorizó a las empresas estatales –teniendo en cuenta el déficit de piezas, partes y agregados para la maquinaria– a proceder al arrendamiento de equipos agrícolas como cosechadoras, tractores, remolques, carretas y otros.

Tras transcurrir poco más del primer año de implementación de esa medida, en la Echenique –la mayor productora de la gramínea en la provincia y una de las dos más grandes del país– ya es posible constatar su impacto positivo.

«Cuando iniciamos el proceso de arrendamiento, a finales de 2023, hacía aproximadamente ocho o nueve años que no entraba nada mediante la Agricultura para la reparación de las máquinas cosechadoras; por lo que estos equipos llegaron a un nivel de deterioro muy grande, y estaban ahí tirados en los talleres, sin solución, e incluso algunos casi listos para darles de baja y enviarlos a materia prima», recuerda la directiva.

Según refiere Zayas Monier, una de las principales causas por las cuales estaban paradas esas máquinas era por las afectaciones en los sistemas de rodaje, cuyas piezas hay que importarlas, además de la falta de tornillerías, motores, baterías, neumáticos y otras piezas de repuesto.

«Por ello, cuando ya tuvimos la Resolución en las manos, rápidamente hicimos un levantamiento de los medios para arrendar, y se seleccionaron 24 cosechadoras, de las cuales 22 tuvieron posibles arrendatarios, o sea, personas naturales (vinculadas a la actividad agrícola) con la capacidad financiera para asumir los gastos de las reparaciones».

De ese modo se incorporaron al proceso de arrendamiento campesinos y otros productores granmenses vinculados a la actividad de producción arrocera o de otros cultivos de la agricultura.

«De esas 22 máquinas arrendadas inicialmente, ya están activas 12, todas en la zona del Cauto y de Yara, y prestando un servicio de calidad, que además es chequeado por la empresa, porque se balancea en el plan de cosecha nuestro, y así, en dependencia del interés de la empresa y del arrendatario, se organiza la prestación de ese servicio.

«Es decir, que el saldo ha sido muy positivo, porque estas eran máquinas que no íbamos a poder recuperar en su conjunto como empresa, pues los gastos de importación para el país son muy altos, mientras que, para un productor, adquirir una pieza de forma individual es más económico, y así la producción se beneficia a pie de campo», resalta la Directora de Ingeniería de la Fernando Echenique.

De igual manera, la medida ha favorecido los ingresos económicos de la industria mediante el abono mensual a las unidades empresariales de base (ueb) en las que  han sido arrendados los medios, de cuotas pactadas con los arrendatarios por prestación del servicio; al tiempo que se ha logrado reincorporar a la actividad de la cosecha a los operadores de las máquinas.

BENEFICIOS COMPARTIDOS

En la ueb Prestación de Servicios Técnicos Integrales, de Yara, perteneciente a la Empresa Agroindustrial de Granos Fernando Echenique, se ha aprovechado el proceso de arrendamiento con la entrega a productores de 16 cosechadoras.

Según refiere su director Juan Antonio Salina Mariño, tras recepcionarse las solicitudes de arrendamiento, y evaluar el estado técnico de los equipos que podían someterse a ese proceso, decidieron poner en manos de productores una Class Avero, ocho Class Dominator, cinco Class Mini Clop Tiger, una Lovol Mini y una New Holland l-624; todas cosechadoras paralizadas por roturas y falta de piezas.

«De esas máquinas ya se han recuperado 11, con las cuales en 2024 se protegió la semilla y se cosecharon aproximadamente 1 286 hectáreas entre las áreas vinculadas, de semilla y las estatales; además de unas 1 500 hectáreas del sector cooperativo, con un índice de roturas bajo, lo que demuestra la calidad de las reparaciones», apunta Antonio.

«Además, todos esos medios arrendados responden a las necesidades de las ueb, pues las cosechadoras se ubican según la programación de trabajo, dándole prioridad siempre a las áreas de semillas; mediante el trabajo en pelotones y manteniendo la esencia del medio de una empresa estatal socialista, con los precios normados para la actividad», añade.

En cifras, los resultados también han sido halagüeños. De acuerdo con Salina Mariño, su ueb, por concepto de arrendamiento, el pasado año ingresó 4 821 000 pesos, «y ese fue un ingreso neto, sin gastos, solo el pago a la onat y la amortización de los medios».

Tal resultado los animó a seguir extendiendo el proceso de arrendamiento a cinco tractores y a cinco trac tolvas (transporte intermedio entre la cosechadora y la carreta), que se estima que estén activos para esta campaña de cosecha. En tanto, ya evalúan otros tractores que, por la situación con sus neumáticos, baterías y algunas piezas, tuvieron un bajo índice de explotación en 2024, y en algunos casos casi nulo.

«Nuestro propósito es que las cosechadoras que faltan por recuperarse ya estén en explotación en el mes de mayo, mientras que en el caso de las minicombinadas el retraso ha estado dado por la compleja situación técnica en la que se encontraban esos medios, y sus motores estaban inactivos», precisa el directivo, sin dejar de reconocer el empeño que le han puesto los arrendatarios a la recuperación de los equipos.

Precisamente desde una de esas áreas donde el ruido de las cosechadoras activas en el corte de la gramínea ha vuelto a ser «música» para los oídos de los productores, el arrocero Oscar Ricardo Lorente confirma que los beneficios han sido compartidos.

«Aquí mismo, en la zona de la Martí, había áreas vinculadas a la cosecha que estaban críticas, y hoy el panorama es otro. Además, el arrendamiento no genera pérdidas, y estamos prestando el servicio y resolviendo el tema de la cosecha. Sin duda, con esta medida ganamos todos, tanto la empresa como los productores».



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