Por un cuidado responsable: Que los animales no padezcan dolor, lesión ni enfermedad
Por: MV. Dra. María Gloria Vidal Rivalta MSc.
Publicado en: Por el bienestar animal
25 de abril de 2025
Las mascotas también salen de casa. Foto: Oscar Alfonso Sosa
En el Decreto Ley No. 31/2021 del Bienestar Animal, aparece como tercer principio en cuanto a las necesidades básicas de los animales, garantizar que no padezcan dolor, lesión y enfermedad, mediante la prevención, curación y rehabilitación.
Aunque más adelante trataremos específicamente sobre el concepto de tenencia responsable, consideramos que todas aquellas personas que asumen la adopción o al menos la responsabilidad de cuidar animales, previamente piensan en que no solo se trata de suministrarles alimentos, agua y tenerlos en lugar seguro. Hay que asegurarles salud.
Los animales, según se ha demostrado científicamente, son seres sintientes, concepto que según he conocido, a través de expertos en Bioética y Bienestar animal, no se refiere únicamente a su capacidad de sentir dolor y placer, sino también a las habilidades que tienen para desarrollar una vida acorde a sus necesidades particulares y a sus intereses como especie, entre las que se pueden mencionar salud e integridad física, libertad para el desarrollo y expresión de sus sentimientos, imaginación y pensamiento, emociones, razón práctica, capacidad de afiliación, de interrelación con otras especies, de juego y control sobre su propio entorno, lo que pudiera equipararse al concepto de “vida digna”, aplicado a los seres humanos.
Entonces, resulta importante que quienes practican la tenencia, uso o cuidado de animales asuman que adquieren la gran responsabilidad de garantizarles condiciones y también de ejecutar acciones que propicien su bienestar.
Si queremos garantizarles que no padezcan dolor, lesión y enfermedad, entonces vamos a pensar en cómo evaluar si tienen alguno de estos inconvenientes.
Diariamente es precisa la observación, pues si no los reconocemos visualmente para precisar si hay algún cambio en ellos, ¿cómo saber si esos cambios se han producido?
La palpación, es igualmente necesaria. Al tocarlos, es posible determinar si reaccionan ante el contacto de nuestras manos y dedos sobre su cuerpo. Si no los revisamos, ¿cómo saber si aparecieron ectoparásitos, si hay rasguños, heridas o lesiones?
Si aparecen síntomas y signos de alguna enfermedad, ¿cómo saber de qué se trata, si no se acude con la urgencia o prontitud necesaria a la consulta veterinaria?
En la experiencia profesional, constituye una preocupación el hecho, de que no siempre los responsables de los animales, optan en primera instancia en concurrir al médico veterinario.
En principio definir que, para los animales, al igual que para los seres humanos, prevenir es mas favorable que curar. Pero, no resulta tan común que los criadores de animales concurran solo a la consulta veterinaria con sus animales sanos, a buscar consejería sobre los cuidados a practicar en casa, para evitarles desviaciones de salud o enfermedades a sus protegidos, o a solicitar tratamientos preventivos, relativos a enfermedades infecciosas o crónicas que pudieran afectarlos a futuro.
La prevención evita la ocurrencia de enfermedades, la aplicación de tratamientos, los complejos procesos de recuperación y todas las demás acciones relativas a la obtención de medicamentos e insumos requeridos para la debida atención.
En muchas ocasiones sucede que criadores, asumen consejos, recomendaciones y tratamientos empíricos, de otros criadores o de allegados, antes de ponerlos en manos de los especialistas, los que seguramente valorarán y sabrán de qué se trata, cómo arribar a un diagnóstico presuntivo o confirmativo y aplicar el tratamiento que corresponda en virtud de aliviar, mejorar o garantizar el adecuado estado de salud del animal, según la especie de que se trate.
Es indispensable que se tomen medidas ágiles, oportunas y eficaces, siempre que exista algún indicio de que algo diferente está ocurriendo en cuanto al estado físico de los animales o en cuanto a su estado mental, lo cual se evidencia por posibles cambios de comportamiento. Solo así se logra la curación de heridas, lesiones o enfermedades.
Finalmente, tras largos tratamientos, intervenciones quirúrgicas o cualquier otra situación que puedan sufrir los animales a nuestro cuidado, pueden ser necesarios períodos de rehabilitación, para los que hay que disponer de los recursos y el tiempo necesario.
Constituye una gran responsabilidad garantizar la salud de los animales, teniendo muy en cuenta además que, en el caso de las enfermedades infecciosas o transmisibles, no sanar a los que están bajo custodia, puede generar esos procesos en otros animales y también en las personas, si de enfermedades zoonóticas se trata.
Si garantizar la alimentación debida y restarles incomodidad es de utilidad para el bienestar de los animales, protegerlos de heridas, lesiones y enfermedades es aún más importante, pues sin salud física no contarán con una óptima condición.
Esperamos que aprecien estas reflexiones y consejos para que sus animales sean más saludables y les brinden una compañía duradera y satisfactoria.
Bajo el enfoque de Una Salud, es imprescindible la salud de los animales y de las personas, todos interactuando en ambientes sanos.